Todo está a favor de Hillary Clinton para hacerse al final con la nominación demócrata pero, como mínimo, va a tener que sufrir.Bernie Sanders obtuvo su tercera victoria del fin de semana tras ganar los caucus de Maine por una diferencia de casi 30 puntos, lo que deja un parcial de tres de cuatro estados para el socialista de Vermont en solo dos días. Esa inyección de moral, unida a la urgencia que enfrenta su campaña, quedó reflejada en el debate que mantuvo con Clinton en Flint (Michigan), sin duda el más duro de los disputados hasta la fecha.

El contraste fue evidente y los golpes continuos. Sanders devolvió la voz al movimiento antiglobalización que cuestionó los cimientos del capitalismo a principios del milenio. Hillary sonó a continuidad,tercera vía y pragmatismo.

Enfrente tenían el drama humano de Flint, una ciudad condenada durante meses a beber agua contaminada por el plomo debido a la política de recortes del gobernador republicano y la negligencia de las agencias supervisoras. Los dos estuvieron de acuerdo en que el gobernador, Rick Snyder, debería dimitir, pero la tregua duró poco. Porque Michigan es también la cuna de la industria del automóvil y uno de los estados del Cinturón del Óxido que marcarán la campaña en las próximas semanas, una región vapuleada por los efectos de la globalización y los acuerdos de libre comercio.

“Yo voté para salvar a la industria del automóvil”, dijo Clinton refiriéndose al rescate del 2009, incluido en el paquete multimillonario que sirvió también para reflotar a la banca. “El votó contra el dinero que acabó salvando a la industria”. Sanders le respondió acusándola de haber dejado que sus “amigos” de Wall Street destruyeran la economía. “En tu historial, has votado por cada uno de los desastrosos acuerdos comerciales y por la América corporativa”. Si votó en contra, dijo el viejo senador, fue para no premiar a la banca por su comportamiento temerario. “Dejemos que los multimillonarios se rescaten a sí mismos”.

Sanders insistió en los conflictos de intereses que persiguen a Clinton. La acusó oblicuamente de hipocresía al recordar los millones de dólares que ha recaudado su campaña de Wall Street y ella misma por sus discursos ante los ejecutivos de Goldman Sachs. Una vez más, le pidió que hiciera público el contenido de esos discursos. La ex secretaria de Estado echó mano de una de sus frases de cabecera para pintar a Sanders como un candidato monotemático, obsesionado por las multinacionales, los bancos y la disparidad económica. “Supongo que tiene razón”, le respondió Bernie con rapidez de reflejos. “Mi único tema es tratar de reconstruir una clase media que está desapareciendo”.

El voto negro no será tan decisivo en Michigan como lo ha sido hasta ahora en el sur, pero aún así será importante. Con ese factor en mente, los dos candidatos volvieron la vista a la presidencia de Bill Clintonen los años noventa. Hillary recordó el crecimiento espectacular que experimentó la economía y cómo los ingresos medios de los afroamericanos aumentaron más de un 30% durante aquellos años.

Obligado a ganarse a las minorías si quiere tener alguna posibilidad de conquistar la nominación, Sanders le recordó que por entonces también se desreguló la industria financiera, se firmó el NAFTA con México y Canadá (NAFTA), se recortaron programas sociales o se impusieron leyes draconianas en la lucha contra el crimen y las drogas que hicieron estragos en la comunidad negra. “Así que si hablamos de los años noventa, tienes razón. Muchas cosas buenas sucedieron pero también muchas cosas malas”, dijo Sanders.

PRIMARIAS DE PUERTO RICO

En las otras primarias de la noche, celebradas en el bando republicano, Marco Rubio ganó en Puerto Rico con más del 50% de los votos, lo que le otorga el total de los 23 delegados en juego. Para el senador por Florida, de origen cubano, es su segunda victoria, un balón de oxígeno muy necesario tras haber ganado uno solo de los 11 estado en juego durante el Supermartes. Llega además a solo una semana para que se vote en Florida, donde se juega prácticamente sus opciones para seguir en la pelea. El voto de la numerosa comunidad portorriqueña será allí importante.