Todo parece estar preparado para que Bernie Sanders reconozca finalmente la derrota ante Hillary Clinton y respalde oficialmente su candidatura a la Casa Blanca. Este martes se sumará a la campaña de la exsecretaria de Estado apareciendo a su lado en un mitin en Portsmouth (Nuevo Hampshire), la primera vez que sucede desde que ambos se enfrascaron en unas larguísimas primarias que han dividido profundamente a las bases del partido. El gesto de Sanders llega a solo dos semanas de la Convención Nacional Demócrata, después de que sus delegados negociaran en Orlando la que se ha descrito como la plataforma demócrata más progresista de la historia.

Eso es lo que pretendía Sanders cuando optó por no conceder su derrota al final de las primarias pese haber perdido claramente tanto en delegados como en el número total de votos. En Estados Unidos las plataformas electorales no son vinculantes y prácticamente se olvidan al día siguiente de ser aprobadas, pero el socialdemócrata de Vermont ha querido utilizarla para dar voz a sus votantes y poder reclamar eventualmente cuentas al liderazgo del partido. “Gracias a los millones de personas que se involucraron en el proceso político en todo el país, muchos por la primera vez, tenemos ahora la plataforma más progresista de la historia del Partido Demócrata”, dijo Sanders en un comunicado tras concluir en Orlando la negociación entre las dos facciones del partido.

De la reunión celebrada en Florida el fin de semana, ha salido un borrador que tendrá que ser ratificado durante la Convención. El equipo de Sanders impuso sus posiciones respecto al salario mínimo(15 dólares la hora), el cambio climático y la marihuana. En ese sentido, el partido se compromete a buscar “una vía razonable para la futura legalización de la marihuana”. También ha conseguido un compromiso para que las universidades públicas, donde se estudian diplomaturas, sean gratuitas para las familias de bajos ingresos. No será para todos como quería el senador, pero sí para algunos.

Derrotado en en TTP

Sanders también sufrió algunas derrotas. La más significativa fue a propósito de su oposición al tratado de libre comercio firmado con el Pacífico (TTP). El partido se comprometió únicamente a defender criterios más estrictos en futuros tratados. “El partido se ha acabado”, escribió en señal de protesta la actriz y aliada de Sanders, Susan Sarandon. “Se ha convertido en el partido de los ricos. Ya no representa a la gente trabajadora”. Su equipo tampoco logró que se defienda la prohibición del ‘fracking’ ni que el partido aspire a “acabar con la ocupación” de Palestina y a buscar un acuerdo internacional para financiar la reconstrucción de Gaza.

Los primeros cimientos para que el partido recupere la unidad están ya puestos, pero queda trabajo por hacer, por más que el entorno de Clinton mostrara su satisfacción. “Estamos orgullosos de el trabajo que los demócratas hicieron en Orlando para unirse y reforzar todavía más la plataforma más progresista en la historia de nuestro partido”, dijo Maya Harris, una de sus principales asesoras. Cuando se propuso una moción para describir a la exsenadora como la nominada demócrata, los seguidores de Sanders irrumpieron en gritos y protestas. La propuesta fue finalmente desechada.

Esperando el 'endorsement'

Han pasado 27 días desde que concluyeron las primarias demócratas con la votación en el Distrito de Columbia, y Bernie Sanders sigue sin ofrecer su respaldo oficial a Hillary Clinton. El senador no ha desvelado sus planes aunque su campaña se dice que están "cada vez más cerca" y es posible que el 'endorsement' se formalice en el mitin que celebrarán el martes en Nuevo Hampshire. Fue también en aquel estado donde Clinton apareció también junto a Barack Obama tras las primaria de 2008. Lo hicieron en el pueblo de Unity (Unidad), lo que tanto desea ahora el equipo de Clinton.