La Comisión Europea, presidida por el luxemburgués Jacques Santer, dimitió en marzo de 1999 en bloque después de que un informe del Comité de sabios confirmara la mala gestión del organismo y las irregularidades practicadas por algunos de sus comisarios. El Ejecutivo de Santer tuvo el triste privilegio de ser el primero en la historia de la Unión Europea que se vio forzado a dimitir.

Lo sustituyó Romano Prodi, exprimer ministro italiano y todavía presidente de la Comisión. Prodi contó con el apoyo de los entonces 15 países de la UE.