La estadística es escalofriante. En solo cinco meses, se han registrado 251 incidentes con armas en las escuelas francesas. La respuesta de Nicolas Sarkozy llegó ayer con la contundencia que le caracteriza.

Dentro de un plan para "reconquistar" los barrios conflictivos, el presidente anunció que autorizará los registros a los alumnos, así como la creación de un cuerpo especial para intervenir en los centros educativos. Respaldó así al ministro de Educación, Xavier Darcos, que ha desatado la polémica proponiendo controles con detectores de metal en las entradas de los centros escolares, después de que un alumno de 13 años agrediera a su profesor con un cuchillo.

DISCURSO SOLEMNE Con un discurso solemne ante 500 responsables de los cuerpos de seguridad, Sarkozy se puso ayer el uniforme de policía. Su traje favorito --sin duda el que más réditos le reporta-- en campaña electoral. En plena carrera de las europeas --que los socialistas intentan utilizar para aglutinar un voto de castigo al Gobierno--, el jefe del Estado no podía dejar pasar la ocasión de intervenir en un tema tan sensible como es el de la seguridad en las aulas educativas. "Hay que sacralizar la escuela", clamó antes de anunciar para julio una reforma que habilitará a los responsables de los centros para registrar las carteras de los estudiantes, aunque se cuidó de no precisar cómo se llevarán a la práctica.

"Oigo a las buenas conciencias cómo se escandalizan cuando el ministro propone instalar arcos detectores en la entrada de las escuelas. Claro que es difícil llegar a esto, pero ¿cómo actuar en este contexto? ¿Hay que esperar que se produzca un drama?", se interrogó el presidente aludiendo a los 17 muertos registrados el pasado mes de marzo en un centro de Alemania. De hecho, el propio impulsor de la medida reconoce que es muy difícil poner arcos detectores como los de los aeropuertos.

Contra la "banalización de la presencia y el uso de armas en la escuela", Sarkozy se sacó otras medidas de la manga: "un equipo móvil de agentes" dispuesto a intervenir en las escuelas a petición de los directores, y la creación de un cuerpo similar al de los bomberos voluntarios para participar en la seguridad.

REFORMA PENAL También anunció una reforma penal para que la intrusión en la escuela sea castigada como "delito" y que la violencia contra un educador, dentro o fuera del centro escolar, "constituya un factor agravante". El presidente relacionó la violencia en la escuela con la actuación de bandas que aterrorizan a la población de los barrios llamados sensibles. La lucha contra la delincuencia en estas zonas de la periferia, la banlieue , fue la otra prioridad del jefe del Estado.