Al tiempo que la huelga de transportes se desinfla, el Gobierno francés ha dado a los sindicatos el plazo de un mes para llegar a un acuerdo con las empresas sobre la reforma de los regímenes especiales de la Seguridad Social. El paro no alcanzó ayer ni el 50% de los trabajadores en ninguna de las empresas implicadas, pero las asambleas votaron por la continuidad de la huelga hoy en trenes y metro de París. Aunque hay resistencias en la base sindical, todo indica que el fin de semana puede dar la puntilla a los paros.

Si eso se produce, el presidente, Nicolas Sarkozy, podrá empezar a cantar victoria, aunque sus consejeros se muestran aún prudentes. Todos los sindicatos, excepto el radical Sud Rail, segundo en implantación en la compañía de ferrocarriles SNCF, recibieron favorablemente la carta que la noche anterior les envió el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, en la que acepta las negociaciones tripartitas entre las centrales, las empresas y los representantes del Estado. En la misiva, Bertrand fija el plazo de un mes y advierte de que el Gobierno actuará si no hay pacto. "Al final de este plazo, los textos reglamentarios relativos a la reforma de los diferentes regímenes especiales serán hechos públicos", escribe.

En su conferencia de prensa semanal, el portavoz del Elíseo, David Martinon, recordó que "las líneas rojas" que no se pueden traspasar en la negociación siguen intactas. El Gobierno no cederá en el aumento progresivo (hasta el 2012) de 37,5 años a 40 de cotización para tener derecho a una pensión completa, en la vinculación del aumento de las pensiones a los precios y no a los salarios y en el establecimiento de un mecanismo para que a quien trabaje menos años se le recorte el importe de la jubilación. Con este marco general, las empresas pueden compensar a los trabajadores con aumentos salariales en los últimos años de vida laboral, con complementos de pensiones y otros incentivos.

MENOR INCIDENCIA La SNCF presentó ayer a los sindicatos una propuesta de 14 puntos para tratar de que desconvoquen el paro, que seguirá hoy porque las asambleas de trabajadores quieren seguir presionando en el inicio de la negociación. Pero el líder de la CFDT (socialista), François Chérèque, ya desconvocó prácticamente el paro al decir que se dan las condiciones para "suspender la huelga".

Aunque las perturbaciones siguieron siendo importantes, el número de huelguistas no llegó ayer a la mitad de las plantillas en ninguna empresa. A media jornada, el paro alcanzaba al 42,8% de los trabajadores de la SNCF (61,5% el día anterior), según la empresa. La CGT lo cifraba en el 46%. En el metro y los autobuses de París, donde solo cuatro de los ocho sindicatos siguen el paro, los huelguistas fueron el 27,2% (44% el miércoles). En EDF (electricidad) y GDF (gas) la incidencia era casi nula.

UNIVERSIDADES En el otro conflicto que se suma a la huelga de transportes, el de las universidades, 36 centros (de un total de 85) seguían ayer bloqueados total o parcialmente, aunque en Rennes 2, que la policía desalojó en la noche del miércoles al jueves, un 62% de los estudiantes votaron por volver a las clases. La ministra de Enseñanza Superior, Valérie Pecresse, recibió a los presidentes de las universidades y a los sindicatos de estudiantes. El grupo minoritario que inició las protestas, que exige la retirada de la ley de autonomía universitaria, no fue recibido. Pecresse tranquilizó a los estudiantes. Les aseguró que no habrá selectividad y que el bachillerato seguirá siendo la única prueba de acceso, que los gastos de matrícula los mantendrá el ministerio en los 165 euros actuales y que el Estado asegurará la financiación de los centros.