Nicolas Sarkozy abrió ayer el curso político francés con el mismo ritmo infernal que impuso desde que llegó al Elíseo el 16 de mayo. A punto de finalizar su periodo de gracia --el jueves se cumplen 100 días de su nombramiento-- el presidente de la República abordó una agenda cargada de cuestiones candentes: los efectos de la crisis bursátil, la inmigración y las medidas contra los delincuentes peligrosos, especialmente los culpables de delitos sexuales. Ante la necesidad de salir al paso de un caso de pedofilia que ha sacudido a la opinión pública francesa en los últimos días, Sarkozy anunció una nueva reforma de la recién cambiada ley penitenciaria y de la ley de salud.

Tras llegar el domingo de sus controvertidas vacaciones en Estados Unidos, una de las primeras cosas que hizo el presidente fue recibir en el Elíseo al padre de Enis, un niño de cinco años secuestrado y violado hace una semana en Rouaix por un pedófilo que hacía poco más de un mes que acababa de salir de la prisión, donde había cumplido una pena de 27 años por diversos delitos sexuales. El niño fue rescatado por la policía gracias al operativo de alerta contra secuestros y el pedófilo está en manos de la justicia. La investigación ha aportado un dato especialmente sangrante: el sexagenario Francis Evrard pudo cometer su crimen gracias a la receta de viagra prescrita por un médico de la prisión.

"INADMISIBLE" La reacción de Sarkozy ante el drama del pequeño Enis ha sido fulminante. Tras reunirse con el primer ministro, François Fillon, y las ministras de Justicia, Rachida Dati; de Salud, Roselyne Bachelot; y de Interior, Michèle Alliot-Marie, el presidente francés realizó una comparecencia tan breve como contundente. El jefe del Estado juzgó "escandaloso" e "inadmisible" que un delincuente sexual pueda ser liberado sin garantías de que no volverá a reincidir. De ahora en adelante, anunció, "no por haber cumplido una pena de delitos sexuales se podrá salir de la prisión". Un consejo de médicos deberá dictaminar si continúa siendo peligroso. Si es así, será internado en un hospital especial para pedófilos que se construirá en Lyón. En caso de no representar un peligro, el delincuente sexual solo podrá abandonar la prisión provisto de un brazalete electrónico y tras haber aceptado someterse a un tratamiento de tipo hormonal o de castración química.

Poco importa si para ello debe cambiarse una ley que acaba de ser reformada este verano para endurecer las penas a los delincuentes reincidentes. La ley penitenciaria y también la ley de Salud serán adaptadas en breve para evitar casos como el de Enis.

El otro gran tema del día fue la situación económica y financiera de Francia tras la crisis bursátil. Sarkozy se reunió con la ministra de Economía, Christine Lagarde, para analizar una situación que, según la ministra, está bajo control puesto que "el grueso de la crisis ha quedado atrás". El presidente estudió con la ministra nuevas medidas para impulsar las inversiones que serán anunciadas próximamente. Ambos deliberaron también sobre la forma de responder ante la decisión del Consejo Constitucional de rechazar que la desgravación de los intereses pueda aplicarse con efectos retroactivos a todas las hipotecas que se hayan contratado antes de la entrada en vigor de la reforma fiscal aprobada este verano.

OTOÑO CALIENTE Sarkozy ya advirtió a sus ministros antes de las vacaciones que les esperaba un otoño caliente. Además de los temas del día, entre los que se encontraba el efecto del huracán Dean en los territorios franceses de Martinica y Guadalupe, en la agenda estaba la preparación de la reforma del Ejército y el espinoso tema de la inmigración. Sarkozy prepara medidas para endurecer las condiciones de la reagrupación familiar, cuestión delicada que puede añadir nuevas movilizaciones a las que ya preparan los sindicatos contra la nueva ley de servicios mínimos.