Nuevo golpe a los socialistas franceses. Con el nombramiento de Frédéric Mitterrand, sobrino del expresidente socialista François Mitterrand, como ministro de Cultura, el presidente Nicolas Sarkozy refuerza la imagen de apertura del Gobierno. El fichaje de este reconocido y polifacético especialista en cine ha sido el principal efecto simbólico de la remodelación del Ejecutivo, que afecta a ocho ministerios y secretarías de Estado.

No se puede decir, sin embargo, que la llegada de Mitterrand al Gobierno haya sido afortunada. La indiscreción del hasta ahora director de Villa Medicis --la embajada cultural francesa en Roma--, impidió a Sarkozy anunciar personalmente la buena nueva. Su cólera se ha traducido en un anuncio discreto, por un consejero del presidente.

Ese es un detalle significativo, que indica que Sarkozy no se ha molestado en guardar las formas, puesto que formalmente se trata del Gobierno del primer ministro, François Fillon. Este se mantiene en el cargo y su total ausencia en el anuncio de los cambios testimonia su escaso protagonismo frente a un Sarkozy que ocupa toda la escena.

También han sido confirmados los miembros del Ejecutivo que han encarnado la política de apertura: el exministro socialista Bernard Kouchner, al frente de Asuntos Exteriores, y el exsecretario nacional de Economía del Partido Socialista Eric Besson (Inmigración), quienes junto con los secretarios de Estado Fadela Amara y Martin Hirsh, procedentes del mundo asociativo próximo a la izquierda, han sido los principales fichajes de Sarkozy.

RELACION TORMENTOSA Mitterrand mantenía una relación tormentosa con su tío, el venerado presidente fallecido en 1996. Ya en 1995 no ocultó su apoyo al conservador Jacques Chirac.

El nuevo Gobierno pierde a Rachida Dati, símbolo de la integración de las minorías del primer Gobierno de Sarkozy, que se va al Parlamento Europeo.