La suspensión de hecho por el presidente francés, Jacques Chirac, de la aplicación del controvertido contrato de primer empleo (CPE) no convenció a los sindicatos y organizaciones estudiantiles, que mantuvieron ayer la consigna de huelga y movilización nacional para el próximo martes. Sin embargo, la estrategia de salida de la crisis de Chirac va más lejos de lo que parecía en su intervención del viernes, ya que la ley que modificará el texto será pactada con los sindicatos por el grupo parlamentario de la conservadora UMP. Su presidente y ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, tomará las riendas de las negociaciones.

La alocución de Chirac fue tan ambigua que no satisfizo a nadie, pues anunció la promulgación de la ley pero afirmó que no será aplicada hasta que el Parlamento vote una modificación de los puntos más conflictivos. Cuidándose mucho de no desautorizar al primer ministro, Dominique de Villepin, que ha convertido el CPE y su pulso con los sindicatos en un combate personal, Chirac se limitó a anunciar una reforma concertada de la ley. Ayer mismo, Villepin se reunió con los dirigentes de la mayoría gubernamental para poner en marcha las modificaciones anunciadas sobre el periodo de prueba, que pasará de 24 a 12 meses, y las modalidades de despido, que deberá ser motivado.

LINEA ESTRATEGICA La proposición de ley parlamentaria se presentará "lo antes posible", después de un "diálogo" con las organizaciones sindicales y de jóvenes", precisó Bernard Accoyer, presidente del grupo UMP (Unión por un Movimiento Popular). Asimismo, Accoyer instó a Sarkozy a pilotar los contactos, y este último pidió a "todos los que quieren realmente el diálogo" que le "den la mano".

Sarkozy indicó igualmente que las grietas aparecidas en el UMP con esta crisis pertenecen desde ahora al pasado. "Estamos de acuerdo con esta línea estratégica" para salir de la crisis, dijo. "Iremos lo más rápidamente posible, pero la prioridad es volver a entablar este intercambio, este diálogo, para conseguir el consenso", aclaró Sarkozy.

PERDIDA DE PROTAGONISMO Esto quiere decir que Villepin cede así el protagonismo a los parlamentarios y que su rival para las elecciones presidenciales del 2007, Sarkozy, ha ganado esta mano haciéndose cargo de la dirección del diálogo que debe llevar a la salida de la crisis, según declaró él mismo al líder estudiantil Bruno Julliard. Pero tanto los sindicatos como los estudiantes y los partidos de izquierda se mostraron ayer indignados por "el número de equilibrista" de Chirac. El Partido Socialista anunció que presentará su propia "propuesta de ley" para anular el CPE. Fran§oise Hollande acusó a Chirac de querer "dividir" el movimiento de protesta y de "agravar" así la crisis.