Pese a ser considerado "el presidente más proamericano desde la segunda guerra mundial", no todo son elogios para Nicolas Sarkozy. Tras llegar al poder, en el 2007, el presidente francés demuestra tener una personalidad "irritable", "imprevisible" y "autoritaria", según la documentación de Wikileaks. La aparición de la cara menos amable de Sarkozy se relaciona con la ruptura de Cecilia Ciganer a los cinco meses de entrar en el Elíseo. La relación con Carla Bruni es vista como "un mal cálculo en términos de imagen".