Israelís y palestinos reaccionaron de forma muy distinta a la declaración de Bruselas. "Hoy es un buen día para la ley internacional, para la justicia y para que nuestro pueblo pueda tener un poco de esperanza en el futuro", aseguró el primer ministro palestino, Salam Fayad. El inequívoco rechazo europeo a la anexión unilateral israelí de Jerusalén Este y a todo cambio en las fronteras previas a 1967 es una buena noticia para el Gobierno de Ramala.

Menos entusiasta fue la respuesta israelí, aunque una vez más su artillería diplomática ha logrado doblegar a la UE. Su Ministerio de Exteriores se congratuló de que al final prevaleciera "la voz de los estados razonables" en detrimento del "borrador extremista" presentado por la presidencia sueca. No obstante, el comunicado afirma que la declaración "no contribuye a la reanudación de las conversaciones", al "ignorar el rechazo palestino a negociar".