El jefe del Gobierno alemán, Gerhard Schröder, forzó ayer al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a pedir disculpas por haber comparado el miércoles en el Parlamento de Estrasburgo a un eurodiputado alemán con un kapo de un campo de concentración nazi. Obligado por la presión diplomática, Berlusconi presentó sus excusas anoche, en una conversación telefónica con Schröder, quien dio por zanjada la polémica.

"Me ha expresado sus disculpas por la elección de esta expresión y esta comparación. Yo le he dicho que, por mí, el incidente está cerrado", subrayó el canciller alemán, que no obstante subrayó que "el resto tendrá que ser aclarado en el Parlamento Europeo", donde se produjo la trifulca. Haciendo borrón y cuenta nueva, Schröder apeló a "concentrar todas las fuerzas en avanzar en la causa europea" y deseó "en nombre del interés de la Unión Europea" que la presidencia italiana "sea un éxito".

"SALIDA INACEPTABLE"

El canciller alemán ahondó en la polémica suscitada por Berlusconi por la mañana, cuando ante los diputados alemanes consideró que la comparación que hizo Berlusconi del eurodiputado alemán Martin Schulz con un vigilante nazi de un campo de concentración "fue una salida de tono totalmente inaceptable, tanto en la esencia como en la forma". "Espero que pida disculpas con la formalidad necesaria", dijo.

Y es que las palabras de Berlusconi levantaron una ola de indignación generalizada en toda Alemania. "Es lo peor que se le puede decir a un político alemán", afirmó el comisario europeo para la ampliación, Güntger Verheugen. Un kapo es el término con el que se designaba en los campos de concentración a los presos encargados de vigilar a los otros presos. Solían ser delincuentes comunes y muchos se distinguían por su crueldad.

La oposición alemana hizo frente común contra el primer ministro italiano. "El señor Berlusconi debe entender que incluso en una Europa sin fronteras hay límites", advirtió la jefa del partido de los Verdes Angelika Beer. En nombre de la oposición democristiana, el exministro de Defensa, Volker Rühe, dijo que el líder italiano "puede que haya sido elegido en Italia, pero debe entender que como presidente de turno de la UE debe acatar otros límites y dimensiones".

CONVOCADO EL EMBAJADOR

También el jefe de los diputados del Partido Liberal (FDP), Wolfgang Gerhard, afirmó que "Berlusconi ha perdido el control y esto no corresponde con el cargo que ha asumido en Europa". El incidente obligó al Gobierno a convocar en la cancillería al embajador italiano en Berlín, Silvio Fagiolo, y situó las relaciones bilaterales bajo mínimos, a sólo una semana de la inauguración de la nueva embajada de Italia en Berlín, con la asistencia de la plana mayor del Gobierno alemán.

El monumental edificio fue un regalo de Hitler a Benito Mussolini, situado a pocos metros de la todavía no inaugurada nueva Embajada de España en Berlín, que fue también un regalo del führer a Francisco Franco.