La campaña electoral alemana registró ayer un espectacular vuelco que permite al Partido Socialdemócrata (SPD) soñar con conservar el poder, mientras los conservadores que apoyan a la opositora Angela Merkel se muestran divididos y pierden apoyo.

De acuerdo con una encuesta llevada a cabo por el instituto Emnid para la revista conservadora Focus, Schröder ha vuelto a recortar distancias con su rival directa, Angela Merkel. Según el estudio, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y su partido hermano, la Unión Socialcristiana (CSU), logran el 40,5% de los votos, mientras que el SPD consigue el 34,5%. En el caso de los conservadores, la encuesta supone un desplome de 1,5 puntos; en el de los socialdemócratas, un repunte espectacular y esperanzador de 3,5 puntos.

Esto significa que los conservadores cristianos y sus socios del Partido Liberal (FDP) obtendrían en el mejor de los casos el 47,5% de la votación, lo cual les aleja del 48,5% necesario para conformar una mayoría que garantice un cambio de Gobierno. Los votos de los socialdemócratas, Los Verdes y el poscomunista Partido de la Izquierda sumarían, en cambio, el 49,5%, aunque tanto estos últimos como el SPD han descartado cualquier posibilidad de establecer un pacto. Por eso, el SPD apuesta por recuperar los apoyos de los socialdemócratas desengañados, especialmente en el estado de Renania del Norte-Westfalia.

Schröder viajó ayer por la mañana a la ciudad de Múnich, feudo socialcristiano, donde expresó su confianza en la victoria del SPD durante una manifestación a la que acudieron más de 12.000 personas.