La rueda de prensa conjunta del presidente francés, Jacques Chirac, el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, tras la cumbre del llamado Triángulo de Weimar, celebrada en Nancy, se transformó en un alegato a favor del a la Constitución europea. A 10 días del referendo francés, cuyo resultado sigue siendo muy incierto, Schröder hizo un vibrante llamamiento a los franceses y les pidió "de todo corazón que voten " el 29 de mayo.

"Francia tiene una gran responsabilidad en la construcción europea", recordó el canciller alemán, que espera que, "llegado el momento, los franceses piensen en ello". "Europa necesita a Francia, Europa necesita esta Constitución", afirmó. Kwasniewski insistió en los efectos de un resultado negativo para su país. Para Polonia, dijo, "el Tratado es una creación francesa, por lo que una respuesta negativa sería difícil de explicar".

Como el presidente francés, los mandatarios alemán y polaco excluyeron cualquier posibilidad de "renegociar" el Tratado constitucional si gana el no . "Creedme --dijo Schröder--, es una mera ilusión. No existe la más mínima posibilidad de volver a abrir el proceso constitucional". Por su parte, Chirac pidió a los franceses que "no cedan a la tentación de volver hacia atrás", e ironizó sobre una posible renegociación: "¿Con quién pediríamos volver a discutir, con el Frente Nacional (extrema derecha) o con los comunistas?".

MENSAJE A LA IZQUIERDA No hay posibilidad de volver atrás, y Chirac lo dejó claro. "Casi todos los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han explicado, de la manera más clara, que no hay espacio para renegociar y que no existe ningún plan B posible, ni jurídica ni políticamente", manifestó. El mandatario francés dijo que la Constitución "no es de derechas ni de izquierdas", en lo que fue interpretado como un mensaje a los partidarios del no , casi todos de izquierdas.

Un acto por el organizado en Nantes por el Partido Socialista francés (PS) devolvió anoche al exprimer ministro Lionel Jospin a los mítines electorales, después de un retiro de tres años, tras su derrota en la primera vuelta de las presidenciales del 2002. Ante unas 2.000 personas y acompañado por el primer secretario del PS, Fran§ois Hollande, Jospin llamó a la "unidad de los socialistas" y arremetió contra los que que quieren dividir el partido.

Jospin dijo alegrarse del debate sobre la Constitución europea, pero señaló que nunca había escuchado tantas "tonterías y caricaturas" y lamentó que algunos socialistas "hayan participado en todo esto", en una referencia a Laurent Fabius, también exprimer ministro y líder de la campaña por el no .

Jospin afirmó que defiende el , "por convicción propia" y dijo que si pensara que el no es bueno, no tendría problemas para proponerlo. En otra referencia a Fabius, Jospin arremetió contra los que "dibujan un cuadro dramático y apocalíptico".