El canciller alemán, Gerhard Schröder, dejó entrever ayer, por primera vez, que está dispuesto a renunciar a encabezar el Gobierno de gran coalición que desean establecer el Partido Socialdemócrata (SPD) y los conservadores cristianos (CDU-CSU), de Angela Merkel. En una entrevista con una cadena de televisión privada, Schröder afirmó: "No se trata de mis pretensiones personales". El canciller explicó que la exigencia de encabezar el Ejecutivo corresponde a "la pretensión política" de su partido de "dirigir un Gobierno, un tema sobre el que sólo la dirección del SPD es la que debe tomar una decisión".

Tras las elecciones, en las que los socialdemócratas prácticamente empataron con los democristianos, Schröder dijo algo bien distinto: "Soy el único que puede constituir un Gobierno estable para Alemania".

Sin embargo, ayer opinó de forma muy diferente y declaró que está dispuesto "a aceptar cualquier decisión". "No quiero ser un obstáculo para la continuación del proceso de reformas que puse en marcha y para la formación de un Gobierno estable en Alemania", resaltó.

Las palabras de Schröder provocaron una verdadera avalancha periodística y al menos un centenar de reporteros se dieron cita en la sede del SPD, donde estaba convocada una reunión de rutina de la presidencia del partido, con la participación de Schröder. La oposición aprovechó sus palabras y varios dirigentes cristianodemócratas dijeron a la prensa que sabían o que esperaban una rápida renuncia del canciller.

CELEBRACION Por otro lado, Alemania celebró ayer el XV aniversario de la unificación con festejos oficiales en Potsdam, en el Este del país. El padre de la unificación y excanciller, Helmut Kohl, y el expresidente soviético Mijail Gorbachov plantaron un cerezo en el parque del castillo de Sanssouci. En Potsdam se congregaron Schröder, Merkel, y el presidente, Horst Köhler.