El periodista argentino Horacio Verbitsky explicó que el exmilitar Adolfo Scilingo, juzgado en España por genocidio, le relató su participación en los crímenes de la dictadura argentina (1976-1983) para aliviar su sentimiento de culpa y para recuperar parte de su dignidad perdida.

El periodista explicó que en 1993, tras los indultos de los militares condenados en Argentina, Scilingo le buscó y le entregó unas cartas en las que reconocía que le habían convertido "en un asesino" y que "había hecho cosas peores que los nazis" mientras estuvo en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA).

En esos escritos también confesaba haber participado en dos vuelos de la muerte, en los que 30 detenidos, desnudos y narcotizados, fueron arrojados al mar. Durante tres meses, el periodista entrevistó al exmilitar. En esos encuentros, Scilingo admitió que estaba enfadado con sus mandos por no haber asumido su responsabilidad.

Además, según el periodista, Scilingo le contó que en uno de esos vuelos estuvo a punto de caer y que el recuerdo de sus víctimas le perseguía constantemente.