Tres semanas después de los atentados que costaron la vida a 56 personas, Londres vive en estado de máxima alerta. La red de transportes públicos de la capital fue reforzada ayer con el mayor despliegue policial de su historia. Centenares de agentes, equipados con chalecos antibalas o llamativas prendas de color amarillo, vigilaban en cada estación de tren, de metro y en cada parada de autobús. Los pasajeros, elegidos al azar, eran obligados a identificarse o a enseñar el contenido de las bolsas, mochilas o paquetes que llevaban.

"Pueden volver a atacar de nuevo", fue el mensaje lanzado por el jefe de Scotland Yard, Ian Blair, quien no descartó que los terroristas que están siendo buscados, u otras células diferentes, preparen un nuevo golpe. "Confío en que identifiquemos a los responsables de las bombas y a los que les han respaldado, pero sigue siendo posible que alguno de los huidos vuelva a golpear de nuevo. También es posible que otras células sean capaces o intenten otro ataque", indicó el máximo responsable policial del Reino Unido.

El ataque fallido del pasado día 21 no fue, según Blair, obra de aficionados. "No es un equipo de categoría B. No eran amateurs. Cometieron un error, uno. Tuvimos mucha, mucha suerte", subrayó. "La carnicería que podía haber ocurrido si las bombas hubieran estallado, habría sido equivalente como mínimo a la del 7 de julio", explicó.

HOMBRE CLAVE Las fuerzas de seguridad detuvieron ayer a otros nueve hombres en dos viviendas diferentes del barrio londinense de Tooting, aunque entre ellos no se encuentra ninguno de los terroristas buscados por los atentados. También fueron detenidas en el barrio de Stockwell tres mujeres que podrían haber dado cobijo y cobertura a los terroristas. El hombre clave para los investigadores sigue siendo Yasin Hassan Omar, el único detenido hasta ahora de los cuatro miembros de la célula que lanzaron la operación letal el pasado 21 de julio.

MAS AGRESIONES El clima de tensión que vive el país ante otras posibles masacres ha disparado los ataques contra la comunidad islámica. El Foro de Seguridad Musulmán --que trabaja con la policía en la prevención de incidentes-- indicó ayer que, sólo en Londres, las agresiones contra entidades y personas de esta religión han aumentado en un 500% en relación al 2004.