Tomó como rehenes durante un día a una treintena de niños menores de seis años. Sin embargo, Armando Ducat sigue siendo un héroe para los habitantes de las chabolas de Parola, un barrio herido por la pobreza en pleno Manila.

Con su propio dinero, hace dos años creó una guardería que se ha convertido en un símbolo de esperanza. "Vamos a reclamar su liberación", declara Mary Jane de la Cruz, madre de familia de 32 años.

Armando Ducat fue detenido el miércoles por la noche después de haber tenido secuestrados durante una decena de horas a 31 niños y 2 profesores. Pero los habitantes del barrio de chabolas, donde viven 150.000 personas, prometen ayudar al dirigente vecinal. "Es muy agradable con nosotros. Fundó la escuela, donde docenas de niños han aprendido el abecedario", recuerda De la Cruz.

Sensibilidad social

La mujer contempla con tristeza la guardería Musmos, donde ayer no hubo clases. El miércoles por la mañana, el hombre de negocios, padre de doce hijos, decidió hacerse con el control de un autocar escolar que transportaba a niños de su propio centro. Al cabo de una decena de horas les había liberado, después de hablar en la radio nacional.

En su declaración, este ingeniero civil de 56 años reclamó la gratuidad de la educación y el alojamiento de los niños desfavorecidos y denunció la "corrupción" de las autoridades.

La guardería Musmos ha escolarizado a más de 200 niños desde el 2005. Ducat construyó también un gimnasio, que se ha convertido casi en el único centro social en el barrio. Decenas de niños juegan a la sombra, los padres en paro beben ginebra y las abuelas pasan el tiempo.

La policía informó ayer de que iba a acusar al secuestrador. La presidenta, Gloria Arroyo, afirmó que se le aplicará "todo el peso de la ley" y solicitó "diligencias rápidas". También desveló que no era el primer golpe de efecto de Ducat. En el 2001, había procedido a "la detención ciudadana" de dos recaudadores de impuestos, a los que acusó de extorsionar a las empresas de una zona industrial de Manila.

Antes intentó en vano ser elegido como concejal de Manila y diputado. Según el alcalde de la capital, Joselito Atienza, quería presentarse. En 1987, tomó como rehenes a dos curas católicos por su disconformidad con una construcción. En aquella ocasión también liberó a sus rehenes sanos y salvos. Se le acusó, pero no fue condenado.

"A veces, es necesario ser valiente para ser escuchado", afirma Gemma Arroyo, cuya hija de 6, Angélica, se encontraba entre los rehenes. "Se sabía que no iba a hacerles daño", agrega. También asegura que solicitará su libertad.