Dos ciudadanos paquistanís se sumaron ayer a la cada vez más abultada lista de secuestrados en Irak. La crisis de los rehenes se recrudece y afecta ahora a cuatro países extranjeros, aunque desde abril han sido 22 los gobiernos desafiados por grupos extremistas que casi siempre usan el secuestro para lograr fines políticos.

"Estamos tratando de saber detalles, pero sospechamos que han sido secuestrados", señaló ayer un portavoz del Ministerio de Exteriores paquistaní en referencia a la suerte de un ingeniero y un chófer de los que no se sabe nada desde el pasado viernes. Ambos son empleados de la empresa de construcción kuwaití Al Tamini, y ese día regresaban en coche a la capital iraquí. "Haremos lo que podamos para conseguir su liberación", agregó el portavoz paquistaní.

Esta tarde expira el plazo dado a la empresa kuwaití a la que pertenecen los siete camioneros secuestrados el miércoles --un egipcio, tres indios y tres kenianos-- para que cese su actividad en Irak. Pero un responsable de la empresa anunció ayer que los secuestradores le han dado garantías de que los rehenes serán liberados. La cadena de televisión Al Arabiya indicó que los secuestradores han designado al líder tribal Hisham al Dulaymi como negociador ante las embajadas de los tres países afectados.

AMENAZAS A AUSTRALIA E ITALIA Con el de los dos paquistanís, son 11 los secuestros llevados a cabo la semana pasada en Irak, incluido el de un diplomático egipcio. Y si El Cairo tuvo el sábado un gesto hacia los secuestradores al prometer que no enviará tropas a Irak, lo cierto es que no todos los países están dispuestos a ceder a las presiones de los radicales.

"Lo peor que puede hacer un Gobierno es dejarse influir por las exigencias terroristas", señaló el ministro de Exteriores de Australia, Alexandre Downer, al comentar las amenazas a su país de un grupo identificado como Grupo Islámico Tauid. El grupo, que se presentó como una célula de Al Qaeda en Europa, divulgó un comunicado por internet en el que advierte de que llevará a cabo atentados en suelo australiano si el Gobierno no retira sus tropas. La amenaza también iba dirigida a Italia.

CON EL APOYO DE EEUU Baquba, una de las ciudades del conflictivo triángulo suní, se convirtió entretanto en el escenario de unas de las batallas más encarnizadas en las que han participado las remodeladas fuerzas de seguridad iraquís. Miembros de la Guardia Nacional y de la policía penetraron en la zona agrícola de Buhriz y fueron recibidos con disparos de mortero por parte de un grupo de rebeldes.

La batalla, que se prolongó varias horas, obligó a las fuerzas iraquís a pedir apoyo a los marines estadounidenses y terminó con 15 guerrilleros muertos y otros 15 detenidos. Fuentes del Hospital de Baquba informaron de que al menos un policía iraquí resultó herido en el combate, y vecinos de la localidad denunciaron que los nueve integrantes de una familia fueron heridos cuando un proyectil impactó contra su vivienda.

Fuentes militares de EEUU informaron, además, de la muerte de un soldado estadounidense el sábado, en el norte del país, cuando el convoy en el que viajaba fue atacado por insurgentes. Por otra parte, ayer fue asesinado en Bagdad Jaled Daud, concejal del barrio bagdadí de Nahriya durante el régimen de Sadam.

La sensación de que nadie está seguro en Irak incluye al primer ministro, Iyad Alaui. Ayer, la policía kuwaití descubrió un plan para matarlo. El plan iba a ser ejecutado el próximo 2 de agosto, fecha del 14 aniversario de la invasión de Kuwait por parte de Irak. Alaui tiene previsto estar allí para esa fecha.