Francia se despertó ayer impactada por dos episodios de fuerte violencia. El barrio desfavorecido de Villeneuve, en Grenoble, vivió su segunda noche de disturbios tras morir un atracador a manos de la policía. La noche del sábado al domingo, en Saint-Aignan, en el centro del país, unos 50 gitanos atacaron un cuartel de los gendarmes para protestar por la muerte de un miembro de la comunidad que se saltó un control.

Pese al refuerzo policial con 300 agentes, la noche no fue tranquila en Grenoble. Los grupos de jóvenes quemaron 16 vehículos y contenedores de basura. Según la policía, en los registros realizados para encontrar a los causantes de los hechos los agentes recibieron tiros de bala. Cuatro de los detenidos son acusados de tráfico de drogas y llevar armas de fuego. El atracador falleció tras haber agredido a un agente en una persecución. En Saint-Aignan, los miembros de la comunidad gitana, con hachas y machetes, protagonizaron un furibundo ataque contra la gendarmería. Arrancaron señales de tráfico, árboles y quemaron coches. Los atacantes mostraron su indignación por una muerte en circunstancias poco claras.