Un fuerte terremoto de 6,9 grados en la escala abierta de Richter sacudió hoy una amplia zona costera de la provincia de Ishikawa (centro de Japón), donde causó al menos un muerto, 137 heridos y desplomes de edificios, además de interrumpir el tráfico ferroviario y aéreo.

A las 09.42 hora local (00.42 GMT), durante medio minuto temblaron los edificios de la región de Hokoriku, en la isla nipona de Honshu, debido al seísmo ocurrido a once kilómetros de profundidad en el Mar de Japón, que provocó la emisión de un aviso de "tsunami" finalmente sin consecuencias.

Al menos una mujer murió en la ciudad de Wajima, en la provincia de Ishikawa, tras ser sepultada por un farol de piedra de su jardín.

En esa provincia y en las de Toyama y Niigata hubo 137 heridos, aunque la exigente normativa para la construcción obligatoria en Japón, debido al elevado riesgo sísmico, evitó que los daños fuesen mucho mayores.

El epicentro se situó a 300 kilómetros de Tokio, concretamente a 40 kilómetros al oeste de Wajima, la ciudad más afectada por la destrucción.

Allí se desplomaron al menos 44 edificios, más de 200 sufrieron diversos destrozos y mil personas tuvieron que ser evacuadas.

También en Wajima se produjo un tercio de los heridos, que fueron llevados al hospital municipal con cortes por cristales, caídas y traumatismos sufridos al ser golpeados por algún objeto que se desplomó por el temblor.

Algunas de estas personas resultaron heridas durante el medio centenar de débiles réplicas que sucedieron al terremoto, al caerse cuando escapaban de sus viviendas por temor a que se registrase otro fuerte temblor, según la agencia Kyodo.

En otros puntos de la provincia hubo edificios que se cayeron, deslizamientos de tierra, apagones y cortes en el suministro de agua.

Además, el transporte por tren quedó paralizado y se cerró el aeropuerto de Noto debido a las grietas que aparecieron en la pista, informó la agencia local Kyodo.

El seísmo causó graves daños en muchos edificios, grietas en las carreteras y la suspensión de los suministros de agua y electricidad para centenares de personas.

Sin embargo, las plantas nucleares del área operaban con normalidad y sin que se hubiese informado de filtraciones radiactivas, de acuerdo con Kyodo.

Durante una hora y media, el Servicio Meteorológico de Japón emitió además una alerta de "tsunami" para la zona cercana de la costa, que finalmente retiró tras constatar que sólo llegaron inofensivas mareas de 20 centímetros.

Tras ser informado del seísmo, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ordenó la formación de un comité de emergencia para evaluar los daños, mientras equipos de bomberos, policía y Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) eran desplazados para ayudar en la zona dañada.

En la escala japonesa cerrada de siete grados, centrada en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor, el seísmo alcanzó la zona alta de seis, según el Servicio Meteorológico.

Como suele suceder con este tipo de sucesos, el tráfico aéreo y el ferroviario se vieron muy afectados en un primer momento, si bien poco a poco han ido recuperando la normalidad.

Gran parte del servicio de trenes fue suspendido en el área más dañada, incluido el eficaz "Shinkansen" (tren bala), pero no se ha informado de ningún descarrilamiento o problema posterior.

La destrucción, en todo caso, habría sido mucho mayor en otro país pues Japón tiene en vigor una estricta normativa para la construcción que suele evitar el desplome de la mayoría de los edificios en casos de fuertes seísmos.

El archipiélago nipón se encuentra instalado en una de las zonas sísmicas más activas del mundo y los terremotos de gran intensidad son relativamente frecuentes.

En octubre de 2004, un fuerte seísmo provocó en la provincia de Niigata (norte del país) 46 muertos y 3.000 heridos.

El terremoto más grave ocurrido en años recientes en Japón se registró en Kobe (oeste del país) el 17 de enero de 1995, con una magnitud de 7,3 grados en la escala de Richter, y causó 6.500 muertos.