La enmienda constitucional para prohibir el matrimonio entre homosexuales fue rechazada ayer por el Senado de Estados Unidos, que propinó así el esperado golpe a la campaña del presidente, George Bush, y de sus aliados ultraconservadores a favor de la prohibición. Los partidarios de la enmienda, como el republicano Sam Brownback, aseguraron que no es el fin: "No pararemos hasta que el matrimonio entre hombre y mujer quede protegido".

"Esta derrota no significa que el presidente vaya a abandonar la lucha", declaró el portavoz de Bush, Tony Snow. "Sabe que es una pugna larga", añadió una vez finalizada la votación, que se saldó con 49 votos a favor y 48 votos contrarios. Toda la oposición demócrata, a excepción del senador Ben Nelson, votó contra la enmienda, de igual manera que siete republicanos.

MINIMO DE VOTOS La aprobación de una enmienda constitucional requiere dos tercios de los votos de las dos cámaras del Congreso --67 en el caso del Senado--, además del respaldo posterior de 38 legislaturas estatales, tres cuartas partes del total.

La Casa Blanca contaba con la derrota de ayer y también con la que se prevé en la votación que, contra viento y marea, se producirá el mes que viene en relación a la enmienda en la Cámara de Representantes.

Demostrar su defensa de la prohibición del matrimonio entre homosexuales le sirve tanto al presidente Bush como a los republicanos para contentar a sus bases ultraconservadoras cara a las elecciones legislativas del próximo mes de noviembre e, incluso, a las presidenciales del 2008. La oposición demócrata denunció estas votaciones como una táctica política divisoria. "Defender la enmienda es votar contra las uniones civiles y contra todos los esfuerzos de los estados para que las leyes traten a los gais y las lesbianas de forma equitativa", criticó por su parte el senador Ted Kennedy.