El Congreso de EEUU no para de dar disgustos al presidente, Barack Obama. El último ayer, cuando el Senado rechazó la iniciativa demócrata para derogar la ley Don't ask, don't tell (no digas, no preguntes, en inglés), que prohíbe el acceso al Ejército a los homosexuales que declaren abiertamente su condición. La derogación de esta ley es una de las apuestas de Obama. Sin embargo, la mayoría demócrata en la Cámara alta fracasó en su intentó de conseguir apoyo republicano para sumar los 60 votos necesarios para sacar adelante el proyecto. Finalmente, los demócratas sumaron 57 votos frente a los 40 republicanos, por lo que la ley que discrimina a los gais no pudo ser derogada.

Pocas horas antes de la votación, la Casa Blanca daba por segura la derogación de la normativa. Incluso un reciente informe del Pentágono indicaba que no habría problema para abolirla si se daba el suficiente tiempo para formar a los soldados sobre el asunto. Es por ello que Obama, tras conocer la votación, se ha declarado "extremadamente decepcionado". El jefe de la Casa Blanca ha asegurado que la ley Dont ask, don't tell, instituida en 1993 durante la presidencia de Bill Clinton, "perjudica" la seguridad nacional y "viola principios estadounidenses fundamentales de igualdad, justicia e integridad".

La derogación de la ley estaba incluida dentro de un proyecto de ley de presupuesto para las Fuerzas Armadas, presupuesto que, lógicamente, tampoco ha sido aprobado. En un comunicado distribuido por la Casa Blanca, Obama ha expresado su malestar por el hecho de que "una minoría de senadores obstaculiza los fondos de los que dependen nuestras tropas, nuestros veteranos y las familias de nuestros militares". "Esta ley anual se ha puesto en práctica cada año de los últimos 48 y nuestros militares no se merecen menos este año", ha insistido el presidente.

PROCESO COMPLICADO

El resultado de la votación complica sobremanera la posibilidad de que la normativa --contra la que ya se pronunció la Cámara de Representantes a principios de este año-- quede abolida antes de fin de año. Además, las perspectivas para su desaparición por la vía legislativa el año próximo serán aún más complicadas, dado que cuando en enero se constituyan el nuevo Congreso resultante de las elecciones legislativas del pasado 2 de noviembre los republicanos contarán con la mayoría en la Cámara de los Representantes y aumentarán su representación en el Senado (47 senadores, frente a los 40 actuales). Es por ello que Obama ha instado al Senado a retomar el asunto "antes de que concluya la legislatura".