El Senado italiano aprobó hoy el proyecto de ley conocido como "ley mordaza", que limita las escuchas telefónicas en las investigaciones judiciales y policiales y castiga incluso con penas de cárcel a los periodistas que publiquen su contenido.

El texto llegó hoy al pleno del Senado después de que el Ejecutivo italiano planteara una cuestión de confianza para aprobar el texto en la Cámara Alta, donde el partido gubernamental del Pueblo de la Libertad (PDL) tiene mayoría absoluta.

Ésta es la trigésimo cuarta ocasión en la que el Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, recurre desde el inicio de su legislatura en 2008 a la llamada "cuestión de confianza", una estrategia muy utilizada por los Ejecutivos italianos para acelerar las aprobaciones de las leyes, ya que permite saltar el debate de enmiendas y el parlamentario.

La norma fue aprobada con 164 votos a favor y 25 en contra y ahora deberá pasar a la Cámara de los Diputados donde probablemente encajará un nuevo sí, después de que la cúpula del PDL, que también goza de mayoría en este hemiciclo, fijara a principios de esta semana que el texto deberá aprobarse tal y como salga del Senado.

La nueva norma prevé, entre otros puntos, condenas de hasta 30 días de cárcel o sanciones de hasta 10.000 euros para los periodistas que publican las escuchas durante las investigaciones o de las actas bajo secreto, mientras que fija multas de entre 300.000 y 450.000 euros para los editores que lo hagan.

Los medios de comunicación tan sólo podrán publicar las actas judiciales resumidas y queda prohibida la difusión de la documentación relativa a conversaciones telefónicas o a través de correo electrónico.

Asimismo, se limita a 75 días el tiempo que pueden durar las escuchas durante las investigaciones, tras lo que será necesario pedir una prórroga, informó la prensa italiana.

REACCIONES EN CONTRA

Las reacciones contra la norma no se hicieron esperar y mientras los parlamentarios del opositor Partido Demócrata (PD) abandonaron el Senado antes del voto en signo de protesta, la Federación Nacional de la Prensa Italiana (FNSI) convocó para el próximo 9 de julio el "día del silencio", una huelga de los trabajadores de los medios de comunicación.

La presidenta del PD en el Senado, Anna Finocchiaro, increpó a los miembros de la mayoría al afirmar que "queréis esconder vuestros negocios, el uso privado de los recursos públicos y tutelar vuestra privacidad porque queréis un pueblo ciego".

Asimismo, en su intervención en la votación, el ex magistrado Antonio Di Pietro, líder del opositor Italia de los Valores (IDV), calificó la actuación de la mayoría conservadora de "prevaricación" y agregó que una cosa igual no hubiera sucedido ni tan siquiera con el dictador Benito Mussolini, que gobernó Italia entre 1922 y 1943.