Los analistas las consideran las elecciones más importantes desde la caída del régimen de Slobodan Milosevic en el 2000. Los comicios legislativos (y municipales) que hoy se celebran en Serbia son los más polarizados en torno a dos grandes formaciones radicalmente opuestas, a las que las encuestas otorgan un empate técnico. El ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS), con el 34% de los votos, lograría 89 de los 250 escaños del Parlamento, mientras que la coalición europeísta, formada en torno al Partido Democrático (DS) del presidente Boris Tadic, con un 33%, lograría unos 86 escaños.

Lo único que parece garantizado es que, cuando esta noche acabe el recuento de votos, no se sabrá quién gobernará porque ninguna formación tendrá mayoría suficiente para hacerlo en solitario. Todo dependerá de los pactos poselectorales, y las negociaciones pueden eternizarse. Los más pesimistas apuntan a la hipótesis de tener que volver a las urnas en otoño.

LOS PLAZOS Hay un plazo de 30 días para constituir el nuevo Parlamento. Una vez iniciada la legislatura, el plazo para la investidura del Gobierno es de 90 días, con lo que puede demorarse hasta septiembre.

Parece inconcebible una reedición de la coalición de Gobierno saliente, formada por el DS (y sus aliados del liberal G-17), y el Partido Democrático Serbio (DSS) del primer ministro, Vojislav Kostunica, al que los sondeos dan un 12% de votos. Las tensiones por la independencia de Kosovo y la decisión del Tadic de firmar el Acuerdo de Estabilización y Asociación con la UE llevaron a Kostunica a dimitir y provocar la caída del Gobierno.

Los observadores creen que Kostunica forjará una alianza con el Partido Radical (SRS). Fuentes de la UE consultadas por este diario parecían ayer ya resignadas ante este escenario. Pero los escaños del SRS y el DS pueden no ser suficientes, lo que les obligaría a buscar el SPS.