Dieciocho años después del inicio de la descomposición de Yugoslavia y 10 años después de que la OTAN bombardeara Belgrado durante la guerra de Kosovo, Serbia presentó ayer oficialmente su solicitud de ingreso en la Unión Europea (UE). El presidente serbio, Boris Tadic, viajó ayer a Suecia, país que ejerce la presidencia de turno de la UE, para depositar la candidatura de su país. Fue, ante todo, un acto cargado de simbolismo, pero que ilustra el largo trecho andado desde aquellos años turbulentos.

Tadic entregó el documento al primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, como primer paso en el camino hacia su declarado "objetivo estratégico" que es el ingreso en la Unión Europea. La entrega se hizo en presencia del comisario europeo de la Ampliación, Olli Rehn.

El presidente serbio hizo gala de optimismo al afirmar que la aspiración de su país es que el ingreso pueda materializarse "en el 2014". Reconoció que es un "objetivo ambicioso". "No es seguro que lo consigamos, pero debemos fijarnos un objetivo. Si trabajamos muy duro, podemos crear una sorpresa positiva", afirmó. Más cauto, Rehn estimó que el proceso puede concluir "en los próximos 10 años (o sea a final del 2019), a condición de que Serbia continúe con la reformas al ritmo actual".

"GRAN DETERMINACION" Reinfeldt dio la bienvenida a lo que calificó de "gesto histórico" de Serbia que refleja "la gran determinación de su Gobierno". Pero subrayó también el largo proceso, no exento de dificultades de todo tipo, que Belgrado tiene ante sí. "Tiene que completar las reformas, encontrar a los criminales de guerra, consolidar la democracia y la economía de mercado...", señaló.

El dirigente sueco remarcó también que la solicitud de Serbia es importante no solo para este país, sino para el desarrollo de la zona de los Balcanes, y agregó que "la vía hacia el ingreso es larga y muy exigente". Tadic aseguró que Serbia hará todo lo posible para capturar a Ratko Mladic (el líder militar serbobosnio durante la guerra de Bosnia) y a Goran Hadzic (exdirigente de los serbios de Croacia), los dos únicos procesados por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) que continúan huidos de la justicia.

LA PRINCIPAL DIFICULTAD La cuestión de los criminales de guerra ha sido uno de los principales obstáculos en el acercamiento de Serbia a la UE. Este camino empezó a despejarse cuando Holanda retiró su veto al acuerdo comercial interino de Serbia con la UE al apreciar una mayor cooperación de Belgrado con el TPIY. Pero especialmente la captura de Mladic sigue siendo la asignatura pendiente.

Más allá de las dificultades internas de todo el proceso, está además el contencioso de Kosovo. En total, 22 de los 27 países de la Unión Europea han reconocido la independencia de la exprovincia serbia, a la que Belgrado, con el apoyo de Moscú, se opone. Pero muy lejos está la etapa en que Serbia era considerado un paria y sometido a sanciones internacionales.