El temor de que Corea del Norte vuelva a probar su nuevo misil de largo alcance aumentó ayer con la información del espionaje surcoreano en el sentido de que otro Taepodong-2 está ya en la rampa de lanzamiento. "Parece ser que otro proyectil ha sido desplazado a la base de misiles de Musudan-ri, en la provincia de Hamgyong Septentrional", avisó el ministro de Defensa de Seúl, Yoon Kwang-ung.

El Taepodong-2 lanzado el pasado miércoles falló tras permanecer 40 segundos en el aire y parece lógico que el régimen norcoreano quiera hacer otra prueba. La alarma desatada en la zona por los lanzamientos de esta semana llevó ayer a Seúl a decretar la congelación de la ayuda alimentaria destinada a su vecino del norte, algo que Pyongyang sentirá como un zarpazo ya que perderá a su principal donante. Desde Washington, George Bush declaró ayer que "la vía diplomática" sigue siendo la "primera opción" del Gobierno de EEUU, si bien el proceso de diálogo es "lento y engorroso".

Mientras, el Gobierno norcoreano informó de que no ha querido atacar a nadie y que nada lo disuadirá de hacer más pruebas. Además, amenazó al Gobierno japonés con tomar represalias si no retira las sanciones que adoptó el pasado miércoles, tras el lanzamiento de los siete misiles.