El presidente de Corea del Sur, Lee Myung-bak, y el de EEUU, Barack Obama, han acordado trabajar en estrecha colaboración para gestionar la situación tras la muerte del líder norcoreano Kim Jong-Il, ha informado el Gobierno surcoreano.

Ambos dirigentes han mantenido una conversación telefónica en la que han decidido mantener una estrecha vigilancia sobre Corea del Norte y cooperar para hacer frente a la nueva situación, ha indicado a Yonhap el portavoz presidencial, Park Jeong-ha.

Previamente, Lee había participado en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional, tras la cual ha pedido a los ciudadanos surcoreanos mantener la calma y concentrarse en sus actividades habituales sin que estas se vean afectadas por la muerte del líder norcoreano.

Mantener la paz en la península

"El Gobierno cooperará estrechamente con la comunidad internacional para mantener la paz y la seguridad en la península coreana", ha indicado Lee Muyng-bak.

En el ámbito de la economía, el Ejecutivo surcoreano ha creado este lunes un centro de seguimiento de emergencias económicas para minimizar el posible impacto de la incertidumbre que la muerte de Kim Jong-Il ha abierto en la península coreana.

El Kospi, principal índice de valores de Corea del Sur, ha caído un 3,43% tras confirmarse el fallecimiento del líder norcoreano.

El nuevo centro de emergencias económicas revisará diariamente los cambios o novedades en el mercado y enviará informes a una comisión especial encabezada por el ministro de Economía, Hong Suk-woo.

Industria

Asimismo, llevará a cabo un seguimiento específico sobre la industria para hacer frente al posible impacto negativo de este suceso sobre las exportaciones surcoreanas, principal motor de crecimiento del país.

Por su parte, organizaciones económicas de carácter privado representadas por la Federación de Industrias Coreanas (KFI) han instado al Gobierno a tomar medidas para prevenir que la muerte de Kim Jong-Il genere consecuencias en la economía nacional.