Las buenas palabras entre palestinos e israelís se han agriado en el camino que lleva a la cumbre que el martes celebrarán en la Sharm al Sheij (Egipto) el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ). Después de que los palestinos calificaran de "insultante" la oferta de liberar a 900 presos, Sharon acusó ayer a la ANP de no hacer bastante para parar la violencia.

En conversación telefónica con el primer ministro noruego, Kjell Magne Bonvdevik, Sharon dijo que sólo será posible revitalizar el proceso de paz si la ANP "desmantela las infraestructuras terroristas" y no se limita a desplegar a su policía en la franja de Gaza. No obstante, la TV israelí dijo ayer que en la cumbre de Sharm el Sheij se anunciará un alto el fuego "unilateral pero recíproco", después de que la ANP empezara a "arrestar a terroristas palestinos en potencia".

Israel propone liberar a 900 presos --hay 10.000 en sus cárceles-- sin delitos de sangre. Los palestinos exigen más excarcelaciones y que la lista no se limite a delincuentes comunes, mujeres, niños o presos a punto de acabar su condena. La ANP pide la liberación de 237 palestinos reos desde antes de la firma de los Acuerdos de Oslo, en 1993.