El primer ministro israelí, Ariel Sharon, de 77 años, será sometido a una angioplastia en el plazo de dos semanas para cerrar una pequeña abertura que tiene en el corazón, posiblemente desde su nacimiento. Esta lesión podría ser la causa del infarto cerebral que sufrió el pasado 18 de diciembre. El médico personal del primer ministro, Tamir Ben Hur, declaró ayer que el estado de salud de Sharon es bueno, que el infarto cerebral fue leve y que no le ha dejado secuelas. Sin embargo, aunque las encuestas aún no reflejan las consecuencias políticas de sus problemas de salud, este nuevo incidente abre una incógnita sobre su futuro y el de su recién creado partido.

Como consecuencia de ese derrame cerebral, que según otras fuentes médicas mantuvo a Sharon durante 24 horas sin poder hablar e incapacitado para adoptar decisiones, el primer ministro tiene una mancha de pocos milímetros en el cerebro. Pero Ben Hur insistió en que eso no es importante, y que el primer ministro no sufre ninguna lesión cerebral y podrá seguir con sus actividades.

Según el diario Maariv , Sharon pesaba 142 kilos antes del infarto, y los médicos le recomendaron que siguiera una dieta para perder 66 kilos.