Si los suecos deciden apoyar el al euro en el referendo de hoy, está claro que no será por amplia mayoría. Las diferencias entre los partidarios del ja (sí) y los del nej (no) se han acortado sensiblemente después del asesinato de la ministra de Exteriores, Anna Lindh y, por primera vez, en un sondeo divulgado ayer, el supera al no en un 1% en la intención de voto.

Según la encuesta, que fue realizada por Gallup el mismo día de la muerte de la ministra, los partidarios de la moneda única representaban el 43% del electorado, frente al 42% de detractores. Dos días antes, los resultados de esa encuesta habían sido muy distintos: un 50% a favor del no y un 35% que apoyaba el . En ambos sondeos, los indecisos son los únicos que no han cambiado y se mantienen en torno al 15-16%. Según los analistas, el resultado de la consulta está en manos de este grupo.

La ventaja que mantenían los partidarios del no en las encuestas anteriores a la muerte de Lindh debe ser interpretada, según los expertos, como un voto de protesta contra el hastío político. Medios políticos suecos tienen claro que buena parte de los suecos que dirán al euro lo hará con el corazón, como un acto de solidaridad y simpatía hacia la ministra asesinada.

Unos siete millones de ciudadanos están llamados a las urnas y todo parece indicar que la participación será superior a la esperada. El asesinato de Lindh hizo saltar por los aires la rutina de la recta final de la campaña. Las casetas electorales se cerraron, fueron suspendidos los mítines y los voluntarios dejaron de pedir el voto en las calles.