Se recrudece la violencia en Irak. Siete atentados, cometidos en varias ciudades del país, acabaron ayer con la vida de al menos 24 personas. El más sangriento tuvo lugar en el centro de Bagdad al explosionar casi simultáneamente dos kamikazes sendos coches bomba cerca del Ministerio de Interior, en medio de una avenida atestada de vehículos. Las explosiones, aparentemente dirigidas contra un convoy formado por nueve coches de la policía iraquí, mataron al menos a 15 personas y causaron heridas a más de una treintena.

Fuentes de la policía dijeron que el primer coche estalló frente a un restaurante y el segundo, a unos 200 metros de distancia. Algunos testigos dijeron que entre los muertos había niños. Pocas horas después, la policía localizó otras dos bombas en el mismo barrio, que hizo estallar de forma controlada. El grupo de Al Qaeda en Irak se atribuyó los atentados en internet.

Además de Bagdad, también se registraron ataques en Kirkuk, donde hombres armados asaltaron una comisaría, inaugurada hace nueve días, y mataron a cuatro policías e hirieron a otros tres y a un civil, y en Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein, en la que murieron cuatro iraquís tras estallar un coche junto a una base estadounidense.

Otros dos soldados estadounidenses, junto a cuatro civiles, cayeron también heridos en Baquba, en un ataque contra un convoy del Ejército de EEUU. Entretanto, en Latifiya unos desconocidos abatieron a tiros al alcalde de la población. En Mahawil, un kamikaze hizo estallar la carga explosiva que portaba en medio del mercado de la localidad. Cuatro agentes iraquís murieron.