Una bomba de silicona. Eso es lo que le ha estallado entre las manos al ministro de Defensa australiano, Brendan Nelson, quien intenta capear el temporal después de que la oposición laborista denunciara que el Ejército paga operaciones de estética a las mujeres soldado.

"Que los contribuyentes estén pagando aumentos de pecho es una práctica cuestionable", dijo el portavoz de la oposición laborista para los asuntos de Defensa, Joel Fitzgibbon, quien denunció que al menos dos mujeres de la Marina fueron sometidas a una operación estética para ponerles implantes de silicona. Fitzgibbon llegó a cuestionarse si las mujeres que se alistan en el Ejército lo hacen para defender a su patria o para poder someterse gratis a las operaciones estéticas que desean.

Kourosh Tavakoli, el cirujano que operó a ambas mujeres, confirmó las denuncias: "La Marina sabía que se trataba de dos implantes de pecho y los pagó". Tavakoli señaló que era la primera vez que operaba a militares. "Tienen un cirujano particular", explicó.

El portavoz del Ministerio de Defensa, el brigadier Andrew Nikolic, confirmó las intervenciones pero dijo indignado: "Decir que pagamos esas operaciones para que nuestras marinos se vean más sexis es un insulto a quienes entregan su vida a defender el país".

Razones psicológicas

Para explicar la decisión de financiar esas intervenciones, el brigadier se apoyó en "razones psicológicas". "Esas operaciones se aprueban solo en los casos en que una mejora de la autoestima de la persona es necesaria para solventar un problema psicológico que le causa dificultades y le impide desarrollar su trabajo con normalidad", dijo Nikolic.

La Asociación Australiana de Defensa, un organismo que agrupa a militares retirados y civiles interesados en la situación militar del país, ha apoyado al ministerio. Su portavoz, Neil James, defiende las intervenciones si están justificadas por motivos psicológicos: "Igual que entre los civiles, hay mujeres que sienten que sus pechos son demasiado pequeños y creen que, si fueran más grandes, serían mujeres normales".

El escándalo de esos dos implantes ha hecho que salieran a la luz más casos, como el de un cocinero de la Marina a quien se le operó la nariz.

La cirujana plástica Pamela Noon admitió que opera a un militar al mes a cuenta de Defensa. "A los militares les he hecho dos aumentos de pecho, un estiramiento facial, dos operaciones de nariz, una reducción de pecho y otra de barriga", narró la cirujana, que dijo sentirse mal porque fueron pagadas por los contribuyentes. "Aunque las hagan sentirse mejor, no veo cómo estas operaciones pueden ayudar a nuestro Ejército a defender mejor nuestro país", dijo.