El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volvió a acudir hoy ante el Tribunal Penal de Milán por segunda vez en quince días para asistir a una nueva vista del juicio Mediaset, en el que se le juzga por un supuesto delito de fraude fiscal. El jefe del Gobierno italiano, quien ya acudió el pasado 28 de marzo ante la Corte milanesa por el proceso Mediatrade, tras una ausencia en los tribunales de unos ocho años, llegó protegido por importantes medidas de seguridad, como mostraron las imágenes de televisión que capturaron en directo la llegada. En medio de los aplausos de sus seguidores, Berlusconi entró directamente en el recinto del Tribunal de Milán a bordo de un coche oficial, sin bajarse para hacer declaraciones a los numerosos periodistas nacionales e internacionales que esperaban su llegada. En el exterior del Palacio de Justicia de la capital lombarda un centenar de seguidores del mandatario aguardaba la llegada de Berlusconi con grandes globos azules y carteles en los que se podían leer "Silvio, debes resistir", contrastando con los detractores del político, que también se agolpaban en el lugar. Después de varios meses suspendido a la espera de que el Tribunal Constitucional se pronunciara sobre el último escudo judicial de Berlusconi, el juicio Mediaset se reanudó el pasado 28 de febrero con una audiencia a la que no acudió el primer ministro y en la que, por no presentar una instancia para excusar su ausencia por compromisos oficiales, fue declarado "contumaz" (en rebeldía). El Tribunal de Milán juzga la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de Mediaset (el grupo audiovisual de Berlusconi y que controla la cadena de televisión española Telecinco) bajo la sospecha de un aumento artificial del precio real de los derechos para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero. La Fiscalía de Milán sospecha que se aumentó de forma artificial el precio real de los derechos, se desviaron a cuentas en el extranjero cerca de 280 millones de euros y se eludió al fisco el equivalente a unos 170 millones de euros entre 1994 y 1996. Mediaset es uno de los cuatro procesos que Berlusconi tiene pendientes en el mismo tribunal: el juicio Mills (corrupción en acto judicial), el caso Mediatrade (fraude fiscal y apropiación indebida), y el caso Ruby (abuso de poder e incitación a la prostitución de menores).