Los inmigrantes sin papeles han multiplicado en las últimas horas la ocupación de grúas de la construcción en Bruselas para reclamar permisos temporales de residencia y trabajo, ante la fluctuante actitud del Gobierno belga sobre la regularización.

Unos 40 sin papeles se encontraban anoche encaramados en seis grúas, cuatro en el centro de la ciudad, una en el barrio europeo y otra junto al Palacio de Bellas Artes. Al mismo tiempo, otras 60 personas proseguían la huelga de hambre que mantienen desde hace ya más de dos semanas en la Universidad Libre de Bruselas para conseguir los permisos para los 135 encerrados en los locales universitarios.

Todos ellos afirman haber estado trabajando de forma clandestina hasta la llegada del periodo de vacaciones, en que se han quedado sin medios de subsistencia. La mayoría trabajaba en la construcción, por salarios de 20 a 25 euros diarios en jornadas sin fin, pero otros han trabajado como pintores, panaderos y en peluquerías.

NO HAY NEGOCIACION Las autoridades federales y regionales optaron ayer por una política de firmeza y recomendaron reforzar la vigilancia de las grúas en las zonas de obras. "No negociamos con quienes realizan acciones", declaró el Ministerio de Inmigración. "Vamos a dejar a la policía resolverlo", aseguró la Oficina de Inmigración.

La división en el Gobierno federal entre los partidarios de la máxima firmeza y los defensores de la flexibilidad impidió adoptar el viernes la prevista circular que fijaría la línea en materia de regularización, por lo que la cuestión ha quedado sin resolver para después del verano.