Los sindicatos y las organizaciones estudiantiles de Francia decidieron ayer convocar para el próximo martes una nueva jornada nacional de acción con manifestaciones y "paros interprofesionales" contra el contrato de primer empleo (CPE) juvenil. Ante la firmeza del primer ministro, Dominique de Villepin, pese a las manifestaciones multitudinarias del sábado que reclamaban la suspensión o la retirada del CPE, las centrales --que habían amenazado con una huelga general-- optaron por suavizar la escalada anunciando "paros", sin precisar los sectores ni el alcance, a la espera de que el jefe del Gobierno acabe por ceder a la presión de la calle.

Convencido de que su reforma laboral, que incluye el despido sin justificar durante 24 meses, "merece una oportunidad", el primer ministro multiplicó ayer los gestos de diálogo en varios encuentros con empresarios y estudiantes, a los que expresó su disposición a "mejorar" el contrato y "abrir el diálogo".

PETICION DE CHIRAC Por su parte el presidente francés, Jacques Chirac, volvió a pedir a los sindicatos que vuelvan a la mesa de negociación y afronten de forma "constructiva" la posibilidad de mejorar los nuevos contratos. Y el ministro de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, intentó echar una mano a Villepin, argumentando que en España y el Reino Unido las condiciones de los contratos para jóvenes "son mucho más precarias", y que en Alemania, la gran coalición entre socialdemócratas y democristianos "ha decidido hacer lo mismo que Villepin".

"Confío en el espíritu de responsabilidad de las organizaciones de trabajadores y de los representantes juveniles para comprometerse con la vía de la eficacia y del sentido común", dijo Chirac, y adujo que las protestas y la "inquietud" de la sociedad son "legítimas", pero "no deben conducir a la inacción sobre el paro de los jóvenes".

Pero los sindicatos se niegan a negociar y exigen la suspensión, al menos temporal, de la medida. Los estudiantes también se mantienen movilizados y en las universidades votaron de nuevo mayoritariamente el bloqueo de al menos la mitad de los centros. Las organizaciones estudiantiles han convocado una nueva manifestación a escala nacional para el jueves, decididos a mantener el pulso con el Gobierno "el tiempo que haga falta".

SINDICALISTA EN COMA Villepin insiste en mantener su reforma contra la opinión mayoritaria de la sociedad francesa ya que, según un sondeo publicado ayer por Libération , sólo el 6% de los encuestados apoya el CPE. Además, ayer se supo también que un sindicalista de extrema izquierda de 39 años permanece en estado de coma desde el sábado, tras ser pisoteado en una carga policial en los incidentes que estallaron tras la manifestación parisina. La prefectura de la capital informó de que se ha abierto una investigación judicial para determinar responsabilidades.

Desde el principio de las manifestaciones, el principal temor de las autoridades era que los incidentes acabaran en tragedia. El ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, había pedido a los antidisturbios que se "autocontrolaran" frente a los manifestantes y fueran "firmes" ante los violentos que buscan el enfrentamiento.

En 1986, el joven Malik Oussekine murió tras una carga policial durante las manifestaciones estudiantiles contra la reforma de la enseñanza superior, que acabó por ser retirada por el entonces primer ministro, Jacques Chirac. Este hecho contribuyó a que el actual presidente perdiera en 1988 las elecciones presidenciales frente al socialista Fran§ois Mitterrand.