Primero fue la tregua del IRA. Después la destrucción de las armas. Ayer los republicanos irlandeses dieron otro paso trascendental para afianzar el proceso de paz reconociendo, por primera vez en su historia, la legitimidad de la policía y el sistema judicial en Irlanda del Norte. La moción presentada por la ejecutiva del Sinn Féin, con Gerry Adams al frente, fue aprobada a mano alzada, por mayoría abrumadora entre los miembros de la principal fuerza nacionalista del Ulster, reunidos en una conferencia extraordinaria en Dublín. La decisión, tomada tras un mes de consultas internas, implica que los republicanos se incorporarán a los órganos de gobierno del nuevo Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI) y que sus afiliados serán invitados a alistarse. También que aceptarán los tribunales de justicia y colaborarán con ellos. Acaban así 86 años de boicot a una fuerza de seguridad considerada enemiga de la población católica y símbolo de la opresión británica.

Condición indispensable La aceptación de la policía era una condición indispensable para la restauración de la autonomía norirlandesa y debería persuadir a la principal formación unionista, el Partido Democrático del Ulster (UDP), de Ian Paisley, a compartir el Gobierno de la provincia con el Sinn Féin. "Hoy hemos creado el potencial para cambiar para siempre el mapa político de la isla", declaró Adams tras la votación, después de seis horas de debate en la que participaron 900 de los más de 2.000 delegados presentes. "Habéis creado la oportunidad para lograr un avance significativo en nuestra lucha y habéis aprovechado para impulsar nuestro principal objetivo: el de lograr una Irlanda unida, construyendo una fuerza política más fuerte", señaló Adams, que salió reforzado con el triunfo.

El primer ministro británico, Tony Blair, aplaudió en un comunicado "la histórica decisión" adoptada por el Sinn Féin y reconoció el esfuerzo que ha supuesto "llegar a este punto". La atención se centra ahora en Paisley, cuya reacción y respuesta a la iniciativa del Sinn Féin debería conocerse hoy. Blair tiene previsto reunirse mañana con el primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern, justo el día en que deberá disolverse la Asamblea de Stormont según la agenda establecida en octubre en los acuerdos de St. Andrews. Ese acuerdo prevé la celebración de autonómicas el 7 de marzo y la constitución de un nuevo Parlamento, con un Gobierno compartido entre el DUP y el Sinn Féin, el 26 de marzo. Entonces, los poderes de la policía y la justicia serán transferidos a la Asamblea de Irlanda del Norte. Si no hubiera acuerdo para formar Gobierno, Stormont se disolvería indefinidamente y las autoridades británicas tomarían el control de la provincia.

Adams pidió ayer a los unionistas que aprovechen la oportunidad de lograr un compromiso sin precedentes: "Si la promesa y esperanza del proceso de paz es conseguir paz y prosperidad, eso significa el principio de un verdadero diálogo, un diálogo antisectario, un diálogo que nos conduzca a un verdadero futuro".

Informe El paso dado por el Sinn Féin ocurre pocos días después de que un informe oficial reconociera que en los años 90 la policía del Ulster había colaborado con paramilitares lealistas y encubierto la quincena de asesinatos cometidos por estos.

No todos los republicanos estaban ayer a favor de la estrategia de Adams, quien escuchó como algunos disidentes le increpaban con gritos de "eres un traidor al republicanismo" y "los británicos no gobernarán Irlanda". Pero los republicanos que realmente discrepan con la línea del Sinn Féin hace tiempo que dejaron un partido cada vez más poderoso en las urnas.