Crece la tensión entre Siria y EEUU después de que Damasco acusara a soldados estadounidenses de matar el domingo a ocho civiles sirios junto a la frontera iraquí. El ministro del Interior sirio, Wallid Muallem, tildó la operación de "agresión criminal y terrorista" y descartó que pudiera tratarse de un error. El Pentágono guarda silencio, pero uno de sus militares reconocía a Associated Press que la incursión se lanzó contra insurgentes ligados a la red de Al Qaeda que se disponían a entrar en Irak y que fue un "éxito".

El portavoz del Ministerio de Información iraquí, Ali Al Dabbagh, declaró que el lugar atacado servía de cobijo para grupos terroristas.