El Gobierno de Siria ha denunciado a través de dos cartas idénticas enviadas al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y al presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el paquistaní Masud Jan, que la organización terrorista Al Qaeda "continúa sus prácticas terroristas" en territorio sirio a través del Frente al Nusra.

"El 16 de enero, este grupo detonó dos coches bomba conducidos por dos terroristas suicidas en la localidad de Idleb, en el noroeste de Siria, en la frontera con Turquía", ha dicho el Ministerio de Exteriores sirio en sus misivas, según ha informado la agencia estatal siria de noticias, SANA.

En el texto ha recordado que este "cobarde acto terrorista" provocó la muerte de 22 ciudadanos y heridas a otros 30, además de daños materiales. Asimismo, ha resaltado que "las dos explosiones llegaron tras el bombardeo por parte de grupos terroristas armados contra la universidad de Alepo, que causó la muerte a 87 estudiantes y ciudadanos que se vieron obligados a abandonar sus viviendas por culpa de los grupos terroristas y que se refugiaban en el centro".

Por otra parte, el ministerio ha destacado que las fuerzas de seguridad sirias han desarticulado "decenas de ataques terroristas contra las ciudades y pueblos de siria en los últimos semanas, salvando la vida a cientos de civiles inocentes".

"Es muy importante dejar claro que los atentados suicidas de Idleb tenían como objetivo vengarse de los ciudadanos que se manifestaron dos días antes para solicitar a los terroristas que abandonaran la ciudad", ha añadido el Ministerio de Exteriores.

En este sentido, ha sostenido que estos grupos "han amenazado a los residentes de varias ciudades del país que se oponen a su presencia con llevar a cabo atentados suicidas para silenciar sus voces, que piden a los poderes regionales e internacionales que apoyan y justifican el terrorismo que pongan fin a estos crímenes".

Así, el ministerio ha reiterado su "determinación para implementar las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para combatir el terrorismo, incluyendo la resolución 1373, que llama a poner fin a la financiación de este tipos de actos para evitar que no se ejecuten atentados, así como evitar dar un apoyo claro o implícito a los terroristas".

Por último, ha recordado que el Gobierno sirio ha propuesto un programa para alcanzar una solución política a la crisis basado en la celebración de un diálogo nacional sin la injerencia de elementos internacionales y después de que ambos bandos hayan abandonado las armas.

El frente al Nusra

En diciembre, el Gobierno de Estados Unidos incluyó al grupo armado islamista en la lista de grupos terroristas extranjeros y denunció que esta organización está intentando "secuestrar" la rebelión contra el Gobierno de Bashar al Assad en favor de los intereses de Al Qaeda en Irak (AQI).

Según las autoridades norteamericanas, el Frente al Nusra ha reivindicado más de 600 ataques en varias ciudades importantes del país que han causado la muerte de numerosas personas inocentes.

El grupo islamista nació en 2011, al calor de las protestas contra el presidente sirio y se manifestó por primera vez el 23 de enero de 2012 a través de un comunicado del que entonces era su líder, Abu Mohammed al Julani, en el que hizo un llamamiento a la "guerra santa" contra el Gobierno sirio.

La semana pasada, la Fundación Quilliam, un 'think tank' británico especializado en materia antiterrorista, manifestó que el Frente al Nusra se ha convertido en la facción con mayor efectividad en sus ataques contra las fuerzas de seguridad y ha cifrado en 5.000 el número de combatientes que integran sus filas.

El grupo está liderado desde mediados de diciembre por el jordano Mustafa Abdelatif Salé, cuñado del fallecido jefe y fundador de AQI, Abu Musab Zarqawi, que murió en 2006 en un ataque ejecutado por un avión no tripulado estadounidense.

El Gobierno sirio ha argumentado desde el inicio de la revuelta contra Al Assad que los grupos armados que combatían contra las fuerzas de seguridad estaban configurados por células terroristas que reciben el respaldo de países de la región y de Al Qaeda.