Días después de que saliera a la luz la existencia de millonarios contratos de armamento entre EEUU y países de Oriente Próximo afines a Washington destinados a contrarrestar la influencia de Siria e Irán en la región los regímenes de Damasco y Teherán ha reaccionado. Representantes gubernamentales calificaron los pactos de "peligrosos" e "inútiles", y pusieron en duda la intención de EEUU de pacificar la región.

"Los esfuerzos estadounidenses para vender miles de millones de dólares en armas y propagar teorías falsas en la región desde el principio hasta el final son oportunistas e infructuosos", respondió el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Manuchehr Mottaki. Según el responsable ministerial iraní, el verdadero objetivo es, en realidad, "impedir que los fabricantes de armas estadounidenses vayan a la quiebra".