En el mapa mundial solo una nación industrializada y rica no tiene un sistema universal de atención médica: Estados Unidos. La "lucha" por cambiar esa realidad, en palabras usadas ayer por el presidente Barack Obama, ha durado "un siglo", décadas y décadas de batallas hasta ahora infructuosas que hacen que, hoy, al menos 47 millones de estadounidenses no dispongan de ningún seguro médico. Esa cifra corresponde, según los datos del último censo, elaborado en el 2006, al 15,8% de la población.

Hay otras cifras impactantes: el gasto per cápita en sanidad en EEUU es de 5.267 euros, más del doble que el siguiente país en la lista; la factura total nacional en gastos médicos rozaba ya en el 2005 los 1,5 billones de euros anuales y el 75% del dinero se gastaba en pacientes con una o más dolencias crónicas. Si entre el 2000 y el 2006 la inflación subió un 3,5% y los salarios un 3,8%, las primas de seguro subieron un 87%.

Según las enmiendas presentadas el jueves a la ley del Senado, los costes médicos aumentarían con el nuevo sistema 690.000 millones de euros en la próxima década, pero los cambios en financiación e impuestos ayudarían a recortar el déficit en 100.000 millones. De aprobarse la ley del Senado pero no las enmiendas, el gasto sería de 643.000 millones y la reducción de déficit, de 97.000.