El primer ministro portugués, el socialista José Sócrates, ratificó hoy el carácter "prioritario" del futuro tren de alta velocidad a España, que debe ser "evaluado", junto a otras grandes obras públicas lusas, por su pacto con la oposición.

Ante preguntas de la oposición, Sócrates señaló en el Parlamento que el acuerdo con el Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) para poder aprobar los Presupuestos de 2011 sólo establece un análisis "coste-beneficio" de todos los grandes proyectos de inversión.

El ferrocarril de alta velocidad con España, agregó, puede crear oportunidades de empleo y favorecer el crecimiento económico del país el próximo año y, además, Portugal "reúne las condiciones financieras" para acometerlo gracias a los fondos comunitarios y al apoyo del Banco Europeo de Inversión.

Sobre la posibilidad de que los acuerdos con el PSD, que se opone al tren de alta velocidad Madrid-Lisboa, paralicen el proyecto, Sócrates se limitó a explicar que ese pacto recoge la revisión de las inversiones publico-privadas y un análisis de sus costes y beneficios para que "no queden dudas de que estas obras son importantes para el país".

La intervención del primer ministro se produjo durante la primera jornada del debate sobre los presupuestos del Estado en la Asamblea Parlamentaria, en una sesión especialmente tensa, en la que el Gobierno y los grupos de oposición intercambiaron acusaciones, en su mayoría relacionadas con el difícil momento económico de Portugal.

El primer ministro luso fue preguntado sobre el alcance del pacto con el PSD, anunciado el sábado, por el que el principal grupo de la oposición se compromete a abstenerse en la votación presupuestaria de mañana miércoles.

En relación a las posibles implicaciones de ese pacto para el proyecto ferroviario con España, Sócrates defendió la necesidad de que "Portugal quede ligada a Europa a través de una línea de alta velocidad".

El líder de los democristianos del CDS-PP, Paulo Portas, había exhortado al primer ministro a aclarar qué sucederá con ese proyecto, y principalmente con su principal tramo, que va de las afueras de Lisboa a la frontera de Badajoz, ya adjudicado y por tanto sujeto a indemnización si no se ejecuta.

Pero Sócrates insistió en su defensa del proyecto aunque recordó después ante los periodistas que ese tramo todavía precisa del visto bueno del Tribunal de Cuentas y también faltan "trabajos preliminares" para su construcción.

Ese período se aprovechará para llevar a cabo la "evaluación urgente" de las condiciones del contrato -según lo pactado con el PSD- pese a que el proyecto, subrayó, "ya se basó en un análisis de coste-beneficio".

El tramo más largo del tren de alta velocidad Madrid-Lisboa, cuya finalización se prevé en el año 2013, tiene un coste de 1.359 millones de euros, de los que el Estado portugués sufragará cerca del 31%, y fue adjudicado al consorcio ELOS, encabezado por las empresas lusas Soares de Acosta y Brisa.

Un segundo tramo del tren, de sólo 50 kilómetros pero que incluye un nuevo puente sobre el estuario del Tajo que eleva su coste a 1.700 millones de euros, está pendiente de licitación después de que fuera anulado el concurso lanzado este año.

Ante la falta de apoyo parlamentario el Gobierno socialista se vio obligado a negociar la semana pasada con el PSD los presupuestos del Estado con los que espera rebajar el déficit público del 9,3 por ciento en que cerró 2009 al 4,6% en que debe situarse en 2011.

El presupuesto, que cumple las exigencias de Bruselas para calmar la desconfianza de los mercados hacia Portugal, recoge una revisión de todas las grandes obras públicas a petición del PSD y recorta los aumentos de impuestos incluidos por el Gobierno para reducir el déficit del Estado.