La fallida operación Gedeón ha devuelto la atención sobre Jordan Goudreau, un canadiense de 43 años nacionalizado estadounidense que en el pasado año 2018, poco después del tiroteo de Parkland y dos años después de dejar el Ejército de EEUU, fundó en Florida la empresa de seguridad privada Silvercorp USA, a la que se ha dedicado desde entonces. Durante su periplo como soldado, Goudreau estuvo en las fuerzas especiales, fue tres veces condecorado y una investigado por un fraude de 62.000 dólares.

Después de trabajar en el concierto organizado en febrero del 2019 por Richard Branson en Cucutá, Goudreau empezó a pensar en Venezuela y en cómo sacar del poder a Nicolás Maduro. Llegaron los contactos con representantes de Juan Guaidó, con personajes del exilio en Miami y Colombia, y Goudreau se embarcó en lo que cuadra con la oferta de «proyectos especiales» en su web. Un antiguo socio ha dicho en AP que «su cabeza no estaba en el mundo de la realidad».

Según la agencia, también el guardaespaldas de Trump Keith Schiller, que le puso en contacto con personalidades venezolanas, rompió el vínculo pronto por considerarlo «naif».

J. J. Rendón, estratega de Guaidó que selló el acuerdo con Goudreau, dice que el pacto, y por tanto reconoce que lo hubo, se rompió en el mes de noviembre al insistir en cobrar 1,5 millones de dólares de avance, y cada vez había más dudas de las promesas que había hecho. «He sido un luchador por la libertad toda mi vida», asegura Goudreau.