Inesperadamente, fuerzas gubernamentales de Somalia apoyadas por soldados de Etiopía tomaron ayer la ciudad somalí de Kismayo, poniendo fin al feudo islamista radical que desde hace varios meses se había establecido en esa región. Cogidos casi por sorpresa, los islamistas huyeron hacia la frontera de la vecina Kenia y a las montañas.

Con un rápido avance, las tropas etiopes y somalís reconquistaron en apenas una docena de días la totalidad de las regiones que los radicales islamistas controlaban desde hacía meses y donde, paradójicamente, no encontraron resistencia cuando se apoderaron de ellas.

"Nuestras fuerzas han tomado Kismayo segunda ciudad en importancia del país, bajo control", declaró por telefóno el coronel somalí Abdurasak Asdadud a la agencia France Presse. Paralelamente, los habitantes de la ciudad, situada a 500 kilómetros al sur de Mogadiscio, confirmaron los hechos: "Vemos a las fuerzas gubernamentales y a las de Etiopía en las calles de Kismayo", declaró Mohamed Bini. "La población festeja su llegada con cánticos", añadió.

PETICION A LA ONU El Gobierno somalí, presidido por Alí Mohamed Gedi, pidió ayer a la ONU un despliegue de urgencia bajo el mando de la Unión Africana para mantener el control sobre el territorio. El pasado 6 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó la creación de de una fuerza de paz. Gedi intenta reconquistar Mogadiscio, abandonada el 28 de diciembre por los islamistas. Durante años, la capital del país ha estado en manos de los señores de la guerra primero, y en los últimos meses, en poder de los islamistas.