Son pocos, sobrios y apenas se utilizan. Solo 11 de las 653 mezquitas u otros lugares de culto islámico registrados en España tienen minarete, y únicamente desde cuatro de ellos los almuédanos efectúan las cinco adhan o llamadas a la oración. Los otros siete son, en la práctica, un elemento decorativo o "simples modelos arquitectónicos", bien porque los religiosos prefieren hacer los llamamientos a los fieles dentro del templo, porque las ordenanzas locales no permiten su uso, o por protestas vecinales.

Los dirigentes del islam en España, que ya cuenta con 1,5 millones de fieles, aportan estos datos y denuncian su discriminación con respecto al catolicismo por parte de los ayuntamientos al construir templos y cementerios, y del Estado en el pago a profesores (45 frente a los 14.500 católicos) y clérigos (12 imanes en las cárceles por 800 capellanes).

En Ceuta y Melilla, donde la población musulmana supera el 50%, los seguidores del islam disfrutan de la mayor tradición en la llamada a la oración, a voz alzada y en árabe, desde las torres de sus mezquitas. En las de Granada y Córdoba, la práctica tiene 10 años y no es total.

En Madrid, ninguna de las dos mezquitas emplea los minaretes, salvo en casos excepcionales. El del Centro Cultural Islámico, de mármol y 25 metros de altura, solo se usó cuando fue inaugurado, en 1992. En la Mezquita Central, erigida en 1988 en el barrio de Tetuán, el almuédano solo se ha dejado sentir tres veces.