"No podemos hacer nada, solo ver, oír y callar". Esta es la situación en el Congo, según la religiosa española Roser Morera, de 70 años, que lleva media vida como misionera del Sagrado Corazón de Jesús en Kinshasa, la capital. "Tampoco pueden hacer mucho los soldados 17.000 de la ONU, que tienen orden de no disparar", dice la monja.

"El general renegado Laurent Nkunda avanza con el apoyo de los tutsis de Ruanda. Está convenciendo a gente de que con Joseph Kabila no se va a ninguna parte, y a quien se le planta, le dispara. Ahora, le ha tocado a la pobre María Presentación, que está viva de milagro, pero todos corremos peligro, porque no hay una autoridad que ponga orden", dice molesta Roser Morera. El 12 de octubre, gran parte de los más de 300 religiosos españoles en la zona de los Grandes Lagos se reunieron en la embajada española en el Congo. Allí se habló de la dimisión del general Vicente Díaz de Villegas y Herrería al frente de las tropas de la ONU. "No se crea que dimitió por asuntos personales. Se fue hastiado porque no le dejaban actuar", cuenta Morera.