El primer ministro de Somalia se ha comprometido a rectificar los errores cometidos a la hora de proteger a las víctimas de violaciones en el país africano después de recibir duras críticas de ONG y la comunidad internacional tras conocerse la detención de una mujer presuntamente violada por un grupo de soldados, su esposo, y el periodista que la entrevistaba.

Los tres se enfrentan a una condena de varios años de cárcel, acusados de insultar al Gobierno, realizar falsas acusaciones e intentar enriquecerse a costa de sus alegaciones. En respuesta, grupos pro Derechos Humanos han denunciado que este juicio es una mentira diseñada para encubrir las violaciones en masa perpetradas por el Ejército somalí.

La representante especial de Naciones Undas sobre la Violencia Sexual en los Conflictos, Zainab Hawa Bangura, asegura que la ONU cuenta con pruebas de que más de 1.700 mujeres fueron violadas entre los meses de enero a noviembre del año pasado en los campos para los desplazados internos que rodeaban la capital, Mogadiscio, durante los combates entre Ejército e islamistas.

El primer ministro reconoció la existencia de "profundos problemas" tanto en el seno de la judicatura como del Ejército. "Asumimos la preocupación de nuestros aliados internacionales. Somos los primeros en reconocer los enormes desafíos a los que se enfrenta nuestro país", declaró.

El primer ministro recordó que el Gobierno ha puesto en marcha varias campañas de concienciación, pero también asumió que es necesario tomar medidas más directas. "Desde que llegué al poder he instado al Gobierno, de la forma más enérgica posible, a que esté más atento a esta cuestión, a que persiga estos crímenes, y a que proporcione a las víctimas los cuidados oportunos", hizo saber.