Víctima de la intensa campaña electoral, la voz de Barack Obama ha empezado a flaquear. El cansancio incluso le llevó ayer, en Nuevo Hampshire, a equivocarse en el orden de las palabras en uno de sus eslóganes: "El momento para el cambio ha llegado". Pero la afonía y la pequeña metedura de pata son mera anécdota en una historia de éxito político. El senador por Illinois, flamante triunfador en el caucus de Iowa del pasado jueves, llega hoy a las primarias del pequeño estado del este navegando en la cresta de esa ola que en EEUU se denomina momentum. Y las dos últimas encuestas ratifican su estrella: la ventaja de Obama frente a Hillary Clinton ha crecido hasta hacerse arrolladora y alcanza los dos dígitos en ambos sondeos.

Era la encuesta publicada ayer por Gallup y el diario USA Today la que ofrecía mayor ventaja a Obama: 41%, frente al 28% de la senadora por Nueva York. El sondeo realizado por la Universidad de Nuevo Hampshire para la CNN el fin de semana demostraba el efecto del éxito en Iowa. Si antes de esos caucus Obama y Clinton estaban empatados en un 33%, tras ellos el senador alcanzaba el 39%, mientras que la exprimera dama se quedaba en el 29%. John Edwards aparecía a distancia como tercer favorito en las dos encuestas.

Obama intentó ayer evitar el excesivo triunfalismo y advirtió en uno de sus discursos públicos del riesgo de confiar en las encuestas, pidiendo a sus votantes que no den la victoria por segura. Y sus palabras cobraron sentido especial en un estado donde el 44% del electorado es independiente, así que pueden optar por acudir a las primarias demócratas o a las republicanas.

EL ROMPECABEZAS Esa posibilidad plantea un rompecabezas para todos los candidatos. Entre los independientes que votan en las primarias demócratas, Obama es el favorito frente a Clinton. Pero muchos de esos votantes han optado históricamente por las primarias republicanas, lo que puede restar ventaja al senador demócrata.

Es para Clinton, que ha pasado a la ofensiva y se ha puesto personalmente al frente de decisiones estratégicas de su campaña que hasta ahora había delegado, para quien la cita de hoy supone una prueba mucho más importante de lo que se podía pensar hace solo una semana.

La senadora tiene dinero para mantener su apuesta por la Casa Blanca más allá de una segunda derrota e insiste en marcar el próximo 5 de febrero --el supermartes en que votan una veintena de estados-- como cita clave.

Las primarias de Nuevo Hampshire han sido siempre consideradas un importante test. Algunos candidatos, como Howard Dean, en el 2004, se apearon de la carrera electoral tras sufrir una derrota en ese estado, que también hizo despegar a candidatos en la sombra, como Dwight Eisenhower, en 1952.

Mientras, el presidente George Bush sigue con su trabajo y mañana visitará, por primera vez, Oriente Próximo para afianzar el apoyo del mundo árabe contra Irán e impulsar la paz.