El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) presentó ayer su programa electoral, en el que se incluye un "impuesto para los ricos" y la controvertida Agenda 2010 del canciller, Gerhard Schröder, con drásticos recortes sociales para modernizar la economía.

El nuevo impuesto tiene como objetivo demostrar que "todos deben hacer sacrificios" para que el país recupere su potencial económico y pueda competir de forma eficiente en tiempos de mundialización.

"PARA QUE EL PUEBLO DECIDA" El programa lleva por título Confianza en Alemania, y con él se pide un voto de confianza a Schröder, quien optó por solicitar elecciones anticipadas "para que el pueblo decida si quiere las reformas propuestas por el Gobierno o medidas más drásticas o poco precisas como las que formula la oposición", dijo ayer.

El presidente del SPD, Franz Müntefering, dijo que los socialdemócratas están "orgullosos de lo alcanzado desde el Gobierno", pero aún les queda "mucho por hacer" y quieren ganar con Schröder los comicios de septiembre, para impedir "una política antisocial de la derecha y las peligrosas e inmorales ilusiones populistas de izquierda".

Además del "impuesto a los ricos" --un gravamen del 3% a todos los ingresos superiores a los 250.000 euros anuales, en el caso de los solteros, y de 500.000 euros en el de los casados--, el SPD desea introducir una ayuda especial a las familias. Los fondos recaudados de este impuesto --unos 1.700 millones de euros anuales, según los expertos-- se destinarían a la educación, la investigación y el desarrollo.

En el terreno de las medidas estructurales, el aspecto más esencial es una propuesta para reformar el seguro de enfermedad, estableciendo un "seguro del ciudadano" al que todos deberían contribuir, a diferencia de lo que sucede hoy cuando los funcionarios del Estado y los autónomos no cotizan.

GARANTIZAR EL BIENESTAR El programa intenta unir fuerzas para asegurar de forma permanente el Estado del bienestar, creando puestos de trabajo y combatiendo el desempleo, asegurando la unidad interna del país, el respeto de los derechos de los trabajadores y el aumento de los salarios de acuerdo con el éxito de las empresas.

Esto implica esfuerzos para obtener mayor movilidad laboral, una moderna política sobre energía, unos productos agrícolas competitivos y, sobre todo, una política familiar más activa.

Los socialdemócratas alemanes pretenden también una integración mayor y "nacionalizar a todos los que de manera legal han convertido Alemania en el centro de sus vidas", y librar una lucha a fondo contra el extremismo de derechas, con una política que dé más seguridad a los ciudadanos.