El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, que con tanto ardor defendió en la ONU y en el Parlamento la invasión de Irak, pidió a última hora a Tony Blair que no participará en la guerra. Straw recomendó a Blair que ofreciera a EEUU apoyo moral, pero que se negara a enviar tropas. La revelación figura en el libro ´La guerra de Blair´, del periodista John Kampfner.