Los sunís iniciaron ayer su particular campaña para impedir que el borrador de la Constitución, aprobado el domingo por shiís y kurdos, pase el examen popular del próximo mes de octubre, cuando el texto se someterá a referendo pese a la falta de consenso político. Un destacado líder suní acusó al Ministerio de Interior iraquí, dirigido por un shií, de llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales contra civiles sunís. En Tikrit, entretanto, centenares de nostálgicos del expresidente Sadam Husein se lanzaron a las calles para protestar contra el texto constitucional.

El secretario general del Partido Islámico de Irak, la principal fuerza política suní, pidió explicaciones al Gobierno por el asesinato de 36 sunís, cuyos cadáveres fueron hallados la semana pasada al sur de Bagdad. Los cuerpos estaban maniatados y presentaban un tiro en la cabeza. Según denunció Tarek al Hashimi, las víctimas habían sido secuestradas por un grupo de hombres vestidos con uniformes de la policía.

"El actual Gobierno, y en especial el ministro de Interior, es el responsable y debe decir con claridad si está implicado en estos actos de terrorismo o si está protegiendo a los grupos de terroristas y de criminales que los llevan a cabo", dijo ayer Al Hashimi. El dirigente suní aseguró, además, que los autores de la masacre se desplazaban en vehículos de las fuerzas de seguridad.

UNIFORMES ACCESIBLES No es la primera vez que los sunís responsabilizan a los cuerpos especiales de la policía iraquí de practicar la guerra sucia. El hallazgo de cadáveres de civiles asesinados a sangre fría es habitual en un país donde los muertos se cuentan por decenas cada día. Interior siempre ha negado las acusaciones de los sunís y se ha defendido afirmando que cualquier ciudadano puede comprar un uniforme policial.

En todo caso, la acusación de Hashimi muestra el grado de crispación política que vive Irak, horas después de la aprobación del borrador de la Constitución, al que los sunís se oponen. Ayer, el secretario de la Liga Arabe, el egipcio Amr Musa, advirtió en una entrevista a la cadena BBC de que la falta de consenso en torno al Tratado puede arrastrar a Irak al caos.

A FAVOR DE SADAM En Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein situada a unos 130 kilómetros al norte de Bagdad, unos 2.000 manifestantes lanzaron consignas contra el tratado "iraní-americano-sinonista", mientras enarbolaban pancartas en las que aparecía la fotografía del exdictador. "Sacrificamos nuestra sangre y nuestra alma por ti, Sadam", gritaban algunos de ellos.

En la marcha se oyeron gritos también a favor del clérigo radical shií, Moktada al Sadr, que lidera la facción shií que se ha opuesto al Texto constitucional.

Los sunís, a pesar de ser sólo el 20% de los 27 millones de iraquís, pueden dejar sin efecto el Tratado constitucional. Sólo necesitan conseguir que en el referendo los electores de las tres provincias del país que dominan voten no al Texto.

El propio presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, mostró ayer su preocupación ante esta posibilidad que, de ocurrir, significará un golpe muy duro para la transición política que vive el país y que arrancó con las elecciones legislativas del pasado mes de enero.

Talabani se encargó de recordar ayer que, de ganar el no en la consulta prevista el próximo 15 de octubre, el país deberá celebrar otra vez elecciones parlamentarias. Después, un nuevo Consejo Constitucional sería encargado de redactar otro borrador constitucional.